Edu Expósito está ante el gran salto en su carrera. En un mes se incorporará a la pretemporada del primer equipo con contrato profesional y con la mente puesta en convencer a Natxo para quedarse y ser importante. El pivote analiza sus inicios y un año de un Fabril de récord y de una presencia intermitente en el primer equipo.

- ¿Cuesta desconectar?

-Poco a poco. Tras el partido de Toledo, que fue atípico, es duro. Fue un año complicado y exigente.

- Ese duelo y la eliminación ante el Extremadura. A pesar de no poder subir y de los golpes, siempre supieron levantarse, ¿no?

-Cuando rueda el balón, lo damos todo. Fue una lástima caer porque hicimos un trabajo bueno. Ya lo teníamos en el play off y eso que nos habían metido un gol pronto... Lo mejor de esta temporada es que todos hemos sido una piña.

- Estuvo entre el primer y el segundo equipo y con Seedorf desapareció. ¿Es fácil llevarlo?

-No, fácil no es. Parece que sí, pero al final hay algo en la cabeza que te acaba picando un poco. Parecía que estaba ahí siempre, pero de la noche a la mañana no pisé el primer equipo ni para beber agua. Y claro que es entendible, pero... Y eso que sabía que era algo que me podía pasar porque mi equipo era el Fabril. También ha habido problemas en el club y ahora todo eso lo dejo de lado, no le doy importancia.

- ¿Qué tal con los mayores?

-Muy bien. Estuve en la pretemporada para ganarme mi sitio, aunque sabía que era complicado. Así lo intenté y fui convocado hasta siete veces en la primera vuelta. No jugué, pero estar entre los convocados ya era un lujo. Estaba cómodo y con ganas de aportar. Cuando entró Cristóbal me conocía más y sabía lo que podía dar. Él sí que me puso en algunos partidos. Me sentí bien. Pero con su marcha...

- El vaivén le afectó porque llegó a ser suplente en el filial, ¿no?

-No, a mí me iba bien porque entrenaba siempre, con el primer equipo o el filial. Pero se acaba terminando de raíz y es difícil, hay que asimilarlo. Pasé un tramo jugando no tan bien y el míster decidió que algún partido no lo disputase. Volví a recuperar mi mejor nivel y a salir de inicio. Y ahora en el play off él decidía y ya está. Y estoy contento porque, cuando salí de suplente ante el Extremadura, lo hice bien.

- Y recordó su época de ariete.

-Sí (se ríe). Es verdad, en el gol. Al principio era delantero, pero también me gustaba ser portero. Al final no había pivotes y de pequeño me bajaron a jugar un poco.

- Tiene contrato hasta 2022 y el próximo año es del primer equipo a todos los efectos, ¿no?

-Exacto. Ahora empieza el fútbol de verdad para mí, el bonito. Será todo mucho más exigente. Ya me han dicho que el día 9 comenzamos la pretemporada, estoy con ilusión.

- ¿Imaginaba lo que ha ocurrido cuando le dio el sí al Dépor?

-No me lo hubiera esperado nunca, porque llego y es verdad que no estoy en los cuatro primeros partidos con Manu Mosquera, pero luego me dio la confianza. Y debutar en Primera llegando desde Barcelona en un nuevo sitio donde hay gente que pelea por eso también, tampoco lo aguardaba. Es un sueño cumplido y ahora a por más.

- Hasta llegar a Abegondo no había estado en la cantera de un equipo de primer nivel. ¿Se considera un poco hecho a sí mismo?

-Solo aquí he estado más de un año. Empecé en mi pueblo y luego fui a Vilanova i la Geltrú, Gavá y la Damm. Cuatro años en conjuntos diferentes. Nunca viene mal ir cambiando y estar alerta, pero también está bien haberse asentado.

- Al filial no puede volver. ¿Contempla una cesión?

-Yo no veo nada más que no sea jugar en el Dépor. Si no tengo hueco, sí que tendré que salir. Ahora mismo quiero luchar por el puesto. Quiero jugar aquí y de ultimísima opción, salir cedido. Ya dije una vez que quería ser el nuevo Fran en mi puesto y llevar al equipo a Primera y colocarlo en buenas posiciones.

- ¿Hay materia prima en el Fabril para el primer equipo?

-Todos los que están arriba han sido jóvenes y han estado en algún filial y al final dieron el salto. Con la temporada que hemos hecho, sí estamos preparados y es el momento de que se den esas oportunidades

- Francis en un Mundial...

-Desde el primer día supe que iba a ser un porterazo. Mejoró muchísimo. Al principio se le escapaba algún balón porque despejaba siempre, no sabía blocar bien. Pero era muy grande y llegaba a todo.

- El filial supo enganchar a la grada. ¿Cree que con la presencia de jóvenes arriba puede llegar esa identificación perdida?

-Yo lo que quiero decirle a la gente es que no se venga abajo, que a lo mejor ha sido un paso para atrás (este descenso), pero es para luego dar dos hacia adelante, que hay que seguir yendo a Riazor, a animar y a pelear por ese escudo, que al final es lo que queda.

- Le gusta el fútbol más allá de jugarlo. ¿Se ve de técnico?

-Lo tengo claro. Cuando acabe de jugar, al 100% estaré relacionado con el fútbol. Mi primera opción es ser entrenador y luego ya director deportivo o scouting o lo que sea, pero primero, técnico. Tengo ya dos niveles del curso y el año que viene ya hago el tercero. El fútbol hay que jugarlo, pero también verlo, vivirlo así, preguntarte por qué esto, por qué lo otro, aunque a mucha gente no le gusta esa faceta.

- ¿Qué espera del Dépor esta temporada en Segunda?

-Carmelo tiene las cosas claras y aguardo que luche por ascender. Ni play off ni nada. Entre los dos primeros y subir de cabeza.

- A falta de confirmación oficial, Natxo González será el técnico del primer equipo. ¿Qué opinión tiene de él?

-Guti pegó el salto del filial del Zaragoza y jugó contra mí cuando estaba en la Damm. Si ha apostado por un chico que es joven y en Segunda con lo curtida que es, me parece un punto bueno para mí.

- Cada pequeña conquista se la dedica a su abuela, ¿no?

-Sí, ojalá estuviera aquí, pudiera estar todos los días conmigo y me pudiera ver jugar, lograr cosas, pero no puede ser (falleció). Aun así, sé que ella me acompaña cada día y que, gracias a ella, estoy peleando y voy a seguir haciéndolo.