Laureano Sanabria (Madrid, 1985), Laure, se marchó el verano pasado del Deportivo una década después de aterrizar en la ciudad deportiva de Abegondo para jugar en el Fabril. El club ambicionaba un salto de calidad en la plantilla que dejaba fuera a uno de sus capitanes. Buscó acomodo en el Alcorcón, en una Segunda División en la que para su disgusto se encontrará el curso que viene con el equipo en el que militó diez temporadas. Allí ha disputado todos los partidos al completo y ha recuperado unas sensaciones que añoraba.

- ¿Le ha rejuvenecido su llegada al Alcorcón?

-A nivel personal ha ido todo muy bien, ya no solo por jugar todos los partidos sino por la confianza con la que me he encontrado; eso te hace sentirte bien, importante en el equipo y contento. Quizá el punto negativo haya sido la irregularidad del equipo.

- ¿Encontró lo que buscaba cuando salió del Deportivo?

-Salí de mi casa directamente. Me sentía, y me siento, muy identificado con el Deportivo y fue complicado. Creo que era el momento de salir, pero cuando sales y te sientes importante porque juegas todo te sientes feliz. Al final el jugador lo que quiere es sentirse importante.

- ¿Cómo fue la adaptación después una década en A Coruña?

-En teoría puede ser complicado, porque toda mi carrera había sido en el Deportivo, pero me acogieron muy bien. Fue un grupo casi nuevo y eso ayuda a que todos nos acoplemos mucho antes. El club también hizo un esfuerzo por traer un perfil de jugadores con unas características muy marcadas, que fueran humildes y trabajadores. Eso también ayudó.

- ¿Cómo vivió el descenso del Dépor desde la distancia?

-Por historia, por afición y por estadio el Deportivo no estaba entre los candidatos para el descenso, pero el equipo no empezó bien y empezaron a surgir dudas. Al final lo sufrimos todos, pero en el último tramo de la temporada ya se veía con resignación.

- Cuando la situación empezó a torcerse definitivamente la afición empezó a acordarse de usted y de Álex Bergantiños...

-No podemos guiarnos solo por los resultados, la gente tendría que valorarnos aunque hubiera ido bien la temporada, pero está claro que cuando va mal siempre te acuerdas de los que no están. El club tenía que tomar decisiones y creyó que eran las acertadas, aunque yo personalmente creía que podía aportar más. Era un desgaste de muchos años y lo llegas a entender.

- En muchos momentos de la temporada se echaron de menos jugadores con un vínculo mayor con el club, ¿hasta qué punto es determinante?

-No solo esta temporada se ha hablado de eso, en las últimas temporadas en las que nos salvamos en el último momento siempre se comentó que el plus de pertenencia y de compromiso es muy importante. Este año también lo había, a lo mejor algo menos, pero lo había. El club apostó por otro tipo de cosas y es verdad que sería ventajista hablar de ello ahora porque las decisiones se toman antes. La plantilla que se hizo consiguió generar muchísima ilusión, pero al final los resultados son los que marcan las opiniones.

- ¿Se hizo una apuesta futbolística sin atender a otras variables como esa?

-Todos los responsables del club en ese momento lo hacen por el bien de la entidad, pero a nivel personal creo que yo podría haber aportado. En todos los finales de temporada, en los partidos importantes, estaba en el campo. Eso me hace pensar que cuando de verdad te jugabas algo confiaban en ti. Es la sensación que tengo. También creo que mis últimos partidos con el Deportivo fueron en línea ascendente, pero parecía que nunca llegaba a convencer del todo.

- ¿Notaba la lupa demasiado cerca?

-Pero eso pasa en el Deportivo y en la mayoría de equipos. Los que llevamos más tiempo en un club tenemos un foco mayor porque todo el mundo nos conoce al dedillo. Se saben nos nuestros defectos y nuestras virtudes, pero parece que se está más atento a nuestros defectos que a nuestras virtudes. Es algo que suele pasar y el que lleva muchos años en el fútbol lo conoce.

- ¿Qué Segunda se encontrará el Deportivo?

-Han llegado equipos históricos y también con mucha afición, pero dentro de todos los que puede haber en Segunda el año que viene el Deportivo va a ser el más potente. Tiene una historia que nadie tiene en Segunda División, tiene un estadio espectacular y tiene una masa social impresionante que al final es lo que necesita un club para momentos complicados. Solo espero que se siembren unas bases importantes en la plantilla y que empiecen también a mirar un poco hacia abajo porque la temporada del Fabril ha sido espectacular. Lo que necesita es ensamblar todas esas piezas, porque tengo claro que el Deportivo no estará más de dos años en Segunda División.

- Usted ascendió en 2012 con un equipo prácticamente de Primera División y de nuevo en 2014 con una plantilla más humilde, ¿cuál es la fórmula para el ascenso?

-En 2012 cuatro canteranos éramos titulares casi indiscutibles y luego había veteranos muy buenos. La pieza de Manuel Pablo, por ejemplo, siempre ha sido muy importante dentro del vestuario; había gente como Riki, que nada más descender dijo que se iba a quedar para ascender el año que viene; Valerón... Todas esas cosas enganchan a la afición y hacen que buenos jugadores vengan al club. Por lo que me han hablado de Carmelo del Pozo conoce muy bien la categoría y seguramente con el nombre que tiene el Dépor sea más fácil atraer a grandes jugadores y hacer un poco una mezcla: quedarte con parte de la plantilla, que tiene un nivel espectacular, e incorporar a otros.

- ¿Llegó a imaginarse cuando se marchó que se enfrentaría al Dépor una temporada después?

-En ningún momento me lo pude imaginar. No pensaba que el Dépor fuera a descender y se me hace rarísimo pensar en ello, todavía no me veo en Riazor contra el Deportivo.

- ¿Y volver se le ha pasado por la mente?

-No, sobre todo porque sé que el club no lo tiene en la cabeza. En su momento estaría encantando, pero al final la relación se desgastó mucho y yo estaré agradecido eternamente al Deportivo por todo lo que me ha aportado, pero ahora mismo no sería el momento.