"Creo que son semanas en las que el entrenador se dedica a observar", resumió ayer Eneko Bóveda sobre las primeras jornadas de trabajo con Natxo González al mando. Así fueron buena parte de las sesiones desde que la plantilla del Deportivo arrancó la pretemporada la semana pasada, pero a medida que han transcurrido los días el técnico vasco se ha ido haciendo notar más. Su voz se empieza a escuchar durante los ejercicios para trasladar lo que espera de los jugadores, para corregirlos y para exponer su credo futbolístico.

Le condiciona una plantilla todavía en construcción, pero a la debe ir instruyendo sobre lo que pretende implantar. Ayer por la mañana en Abegondo le molestaron ciertas actitudes mientras los jugadores trabajaban las transiciones con la pelota.

El ejercicio consistía en un rondo en el que participaba toda la plantilla dividida en dos equipos. La pelota debía circular por todo el terreno delimitado con un máximo de dos toques, pero Natxo no estaba satisfecho con la intensidad mostrada. "No entiendo que un equipo se quede mirando cuando pierde el balón", se quejó. "Es una de las premisas innegociables, y lo sabéis", le recordó vehemente a sus futbolistas.

El técnico reclamó mayor concentración -"vamos a ver si espabilamos", recomendó- en el primer entrenamiento de una semana en la que se incrementará la exigencia a los jugadores. El sábado se disputará el primero de los amistosos programados hasta la fecha, ante el nuevo Fabril de Tito Ramallo en la ciudad deportiva de Abegondoamistosos Fabril Tito Ramallo . Será la primera oportunidad para conocer las líneas maestras del equipo de Natxo González antes del arranque de la competición el mes que viene. Ahí ofrecerá las primeras pistas, aunque algunas ya las comienza a deslizar también durante los entrenamientos para que los jugadores vayan asimilando sus métodos y sobre todo sus planteamientos.