La espera para el estreno en Riazor se le hizo larga a los futbolistas del Deportivo y sobre todo a los aficionados, deseosos de ver en acción a un renovado equipo blanquiazul que muy poco tiene que ver con el de la pasada temporada. Mejor así, porque hacía falta un cambio radical después de unos últimos años tan decepcionantes. En realidad la nueva era para el Dépor ya empezó hace tres semanas en Albacete, y continuó en Almendralejo y Tenerife, pero esta noche es la más esperada por tratarse del debut en Riazor, todavía en obras. Es en su estadio donde el equipo coruñés debe afianzar unos cimientos sólidos para construir el objetivo del ascenso, al que también aspira el Sporting de Gijón, que llega al alza. Un duro test que servirá para calibrar en qué punto de rendimiento y madurez se encuentra este Dépor todavía en construcción.

Aún le faltan muchas cosas para ser ese equipo fiable y eficaz que quiere Natxo González. El margen de mejora es grande pero la competición no espera por nadie y el Deportivo, como recién descendido y candidato claro al ascenso, tiene la obligación de asentarse cuanto antes de las posiciones de cabeza. Se trata de ir sumando de tres en tres para, al abrigo de los buenos resultados, ir destapando la versión óptima y que todo fluya. La temporada no ha hecho más que empezar pero partidos como el de esta noche pueden marcar tendencia. Por tratarse del primero en Riazor y porque enfrente estará un rival directo. El Dépor viene de varios años desastrosos en casa, así que empezar con buen pie ante su público tendría un valor adicional como demostración de que este equipo nada tiene que ver con el que solía ir de desastre en desastre en sus últimas participaciones en Primera.

Natxo González tiene las bajas de Quique, Christian y Borja Valle en ataque, pero por lo menos recupera a Cartabia y Carles Gil. En principio, empezarán en el banquillo. Están para jugar, pero no los 90 minutos. Tampoco Carlos Fernández, que formará desde el inicio junto a Pedro Sánchez, improvisado delantero debido a las numerosas bajas en ataque, sin Quique, Christian ni Borja Valle. Krohn-Dehli entrará como vértice más ofensivo del rombo del centro del campo, que completan Vicente, Moreno y Álex. El coruñés vivirá una noche especial de reencuentros. Con el Sporting, y sobre todo con Riazor. También llegan con bajas los asturianos, sin Dani Martín, Blackman, Isma Cerro, Traver ni el finlandés Robin Lod.

El serbio es el fichaje más caro del verano en Segunda División. El Sporting pagó por él 2,5 millones. Será la principal referencia ofensiva del equipo asturiano.