Llegaba el Deportivo a Alcorcón animado y esperanzado por la victoria lograda ante el Sporting la semana pasada y se marchó chafado y con un reguero de dudas sobre la propuesta de juego y el planteamiento que propone su técnico. Nada de lo que había mostrado en la jornada anterior frente al conjunto asturiano tuvo continuidad ayer en Santo Domingo. No tuvo el balón, no tuvo intención y mucho menos oportunidades. Tampoco tuvo cintura Natxo González para alterar el guion y buscar soluciones a la superioridad manifiesta que mostraron los locales en buena parte del encuentro.

El partido comenzaron a inclinarlo a su favor los jugadores de Cristóbal Parralo prácticamente desde el arranque porque interpretaron a las mil maravillas que a este Deportivo se le atraganta especialmente la presión adelantada de los rivales. Por ahí empezó a generar peligro el Alcorcón, que ya a los diez minutos obligó a Dani Giménez a una gran intervención a disparo lejano de Muñoz.

No le dio tregua el equipo madrileño a los blanquiazules en ese primer tramo del encuentro y en ello se notó la mano de Cristóbal. Era evidente que había estudiado especialmente el sistema que emplea Natxo González y la manera de entorpecer el desarrollo del juego de los blanquiazules. Lo hizo con esa presión adelantada y atacando posiciones clave en cuanto el Deportivo intentaba estirarse en busca del campo contrario.

El que más lo sufrió fue un Álex Bergantiños acosado por hasta tres jugadores en cuanto recibía en el centro del campo, aunque el más damnificado fue el equipo porque nadie tomó el mando para buscar alternativas que permitiesen comprometer a un Alcorcón que en ocasiones tomaba excesivos riesgos. Se estiraba el conjunto de Cristóbal con ambición en busca de la portería contraria, pero nadie en el Deportivo trataba de aprovechar los espacios y los pasillos que dejaban a sus espaldas.

Naufragó especialmente en ese sentido Fede Cartabia, mal posicionado por la indefinición en la que se sumió ayer el equipo de Natxo. Hasta el minuto 25 el Deportivo no consiguió asomarse por la portería contraria y el Alcorcón ya había contabilizaba oportunidades suficientes como para haberse adelantado en el marcador. El tanto, sin embargo, terminaría llegando al borde del descanso y cuando los blanquiazules se habían despojado del dominio local. Una pérdida de Cartabia favoreció un ataque rival que interpretó a la perfección Jonathan Pereira en el área. El delantero esperó hasta que su compañero Nono se asomó por la portería de Dani Giménez y aprovechó el despiste de la defensa deportivista para poner un servicio envenenado. El remate lo terminaría desviando hacia la red Pablo Marí.

Por primera vez desde el arranque de la Liga el equipo de Natxo González se encontraba por detrás en el marcador. Tenía toda la segunda mitad por delante para buscar una reacción y corregir la mala imagen del primer acto.

Para ello necesitaba un cambio en la sala de máquinas, quizá la mayor de las incógnitas que arroja la visita a Alcorcón. No funcionó el trío formado por Álex, Vicente Gómez y Didier Moreno, que ante el Sporting llevaron el peso del encuentro, pero más sorprendió la ausencia de respuestas por parte de Natxo desde el banquillo.

En vista de que la dinámica no se alteraba y de que el Alcorcón conservaba el control del partido, el técnico deportivista buscó soluciones entre los suplentes. Se fueron Pedro Sánchez, Álex y Cartabia y entraron en su lugar Krohn-Dehli, Carles Gil y Christian Santos. No sirvió para cambiarle la cara al equipo, que al igual que ocurrió en la primera parte no supo interpretar lo que el partido requería.

Había ocurrido justo lo que Natxo González más temía de entre todos los escenarios posibles del partido: que el Alcorcón lograra adelantarse. Los locales se ordenaron de manera solidaria, pero no renunciaron a seguir comprometiendo a los deportivistas. El conjunto blanquiazul, por el contrario, no encontró un hilo argumental a través del que generar ocasiones. La mejor para igualar el marcador la tuvo en el minuto 75 Carles Gil, que ante el portero alfarero no acertó a colocar el balón en la red.

Las opciones de empatar se esfumaron en acciones rocambolescas como la que derivó en la expulsión de Krohn-Dehli. El equipo tenía una buena oportunidad a través de una falta en la frontal que el danés, en lugar de colocar en el área, decidió prolongar hacia la banda. La opción no era la mejor y el balón llegó de vuelta al centrocampista, que terminó por los suelos sujetando el balón para evitar que se lo llevara un contrario. Segunda expulsión en tres partidos y primera derrota para los deportivistas, que ahora deberán esforzarse en corregir las dudas que ha dejado un partido para olvidar. Será también la primera prueba a la capacidad de respuesta del equipo tras su primer tropezón del curso.