Un año sin enlazar dos victorias en casa lleva el Deportivo, que se estrenó como local venciendo al Sporting de Gijón gracias al gol in extremis de Pablo Marí (1-0). El lunes visitará Riazor otro rival directo por el ascenso, el Granada, uno de los cuatro equipos de Segunda que aún no han perdido. El conjunto nazarí pondrá a prueba la fortaleza del Dépor ante su afición, acostumbrada en los últimos años a muchas más decepciones que alegrías. De hecho, la pasada temporada el equipo blanquiazul solo celebró seis triunfos, de los cuales cuatro fueron en A Coruña. Un balance pésimo como local que ahora, en una nueva categoría y con una plantilla totalmente diferente, espera voltear. "Hay que ser fuertes en casa", resalta Marí, el artífice de la victoria ante los asturianos en el único encuentro de la campaña que el Dépor ha encarado como anfitrión.

Lejos quedan ya, prácticamente en el olvido, los dos triunfos seguidos que el equipo coruñés encadenó en casa a principios del curso anterior en Primera. Tumbó al Alavés con gol de Luisinho (1-0), el 20 de septiembre del año pasado, luego cayó goleado en su visita al campo del Espanyol (4-1), y a continuación repitió triunfo como local frente al Getafe gracias a los tantos de Lucas y Andone (2-1). Era el 30 de septiembre de 2018, el día que el Deportivo logró por última vez encadenar dos victorias como local.

El lunes el equipo blanquiazul buscará otro doblete en Riazor a costa de uno de los equipos más en forma en este inicio de campaña en Segunda. El Granada es tercero en la tabla con 11 puntos, a tiro de tres del Deportivo. De ahí la enorme trascendencia del próximo encuentro para pasar página tras la derrota en Alcorcón y, sobre todo, no perder comba con respecto a las posiciones de cabeza.

"Todo el mundo está concentrado en lo que hay que hacer. El lunes tenemos un partido de vital importancia contra un grandísimo rival", explica Marí, consciente de lo positivo que sería vencer "para volver a enganchar esa dinámica ganadora que teníamos antes de la semana de Zaragoza. El Granada siempre ha estado peleando por los puestos de arriba y este año va a estar dando guerra -pronostica Pablo Marí-. Es importante poder vencerles para acercarnos a estar arriba otra vez. Hay que ganar y ya está. Tenemos que seguir haciendo las cosas que hemos hecho bien hasta ahora y plasmar lo que llevamos trabajando toda la semana".

Las dos derrotas consecutivas a domicilio -la de Copa en La Romareda (2-1) y la de Liga en Santo Domingo (1-0)- no deben, según el defensa, distorsionar la perspectiva del futuro inmediato: "Hay que tener naturalidad en la derrota y en la victoria, aprender de los errores e intentar solucionarlos. Ni después del Sporting éramos el mejor equipo de la historia, ni después del Alcorcón somos el peor".

Marí se ha afianzado en el once titular tras un inicio de campaña en el que Natxo González confió en Eneko Bóveda para ser el acompañante de Domingos Duarte en el eje de la zaga. Contra el Sporting el valenciano se estrenó con gol y luego repitió desde el inicio en la visita del pasado fin de semana a Alcorcón. "Me estoy encontrando bastante bien, asentándome un poquito en la posición. Domingos ayuda mucho a estar tranquilo", explicó sobre la solvencia del portugués, su compañero en el eje de la zaga. Todo apunta a que el lunes compartirá línea defensiva con Saúl García, que tiene muchas opciones de debutar en Liga con el Dépor debido a las lesiones de los otros dos laterales izquierdos: Diego Caballo y Sebastián Dubarbier. "En el fútbol hay veces que no te esperas oportunidades y llegan para todos. Podría ser una oportunidad de jugar para Saúl. Eso ya lo tendrá que decidir el míster. Tiene posibilidades de entrar en el once y está entrenando muy bien. Será decisión del técnico si entra o no", recalcó.

Marí solo tiene palabras de elogio para la afición blanquiazul, que el lunes volverá a jugar un papel determinante para repetir triunfo en Riazor pese a que nuevamente habrá sectores de las gradas cerrados por culpa de las obras. "Parece un poco extraño porque tienes ganas de verlo acabado [el estadio], con cada uno en su sitio y todos cómodos. A pesar de eso, la afición estuvo de diez. Es un plus, como jugar con uno más. Vamos a dejarnos la piel por esos que vienen cada semana", añadió el central, muy contento por el apoyo que los seguidores del Dépor brindan al equipo tanto en casa como fuera.