Un año llevaba el Deportivo sin encadenar dos triunfos en Riazor, una estadística negativa que ha logrado romper nada más comenzar la temporada al sacar adelante sus dos primeros partidos en A Coruña, ambos ante rivales directos por el ascenso: Sporting de Gijón (1-0) y Granada (2-1). Seis puntos de seis posibles en casa que refuerzan la confianza del Dépor para convertirse en un equipo fiable en su estadio no solo en el arranque del curso sino durante toda la campaña en Segunda. Fiabilidad colectiva y también individual con varios nombres propios, entre los que destacan dos: el del goleador Quique González, autor de los dos tantos anoche; y el del debutante Saúl García, que también brilló en su estreno liguero con la camiseta blanquiazul.

De estar a punto de salir del Dépor en el mercado veraniego, el lateral cántabro se ha convertido en titular debido a las lesiones de los otros dos carrileros zurdos: Diego Caballo y Sebastián DubarbierDiego CaballoSebastián Dubarbier. Saúl entra para quedarse, porque pasarán varias semanas hasta que sus compañeros estén recuperados. El nivel que ofreció ayer fue lo suficientemente alto como para que a Natxo González le entren las dudas sobre a quién alinear cuando todos los laterales izquierdos estén disponibles. Donde no hay dudas es en ataque, con el retorno de Quique. Ayer anotó dos goles, con lo que ya igualó los cuatro que firmó con Osasuna en todo el curso pasado.

Más allá de las actuaciones individuales, lo más importante para Natxo son las dos victorias seguidas en Riazor. Nadie mejor que el técnico sabe que buena parte de las opciones de subir a Primera División pasan por lo que su equipo sea capaz de hacer en su propio estadio.

En los últimos cuatro años en la máxima categoría el Dépor fue muy vulnerable en su estadio. Sin ir más lejos, la pasada campaña solo fue capaz de celebrar cuatro triunfos ante su público, uno de los grandes motivos por los que se acabó consumando el descenso. Por eso estos dos triunfos en A Coruña ante Sporting y Granada tienen un valor añadido al de los puntos, el de reanimar a una afición siempre fiel a su equipo pero que en los últimos años se ha llevado muchas más tristezas que alegrías.