Aquí y ahora. Lejos del fulgor de los ascensos y las salvaciones in extremis y de las angustias de los descensos y las cuentas bancarias a cero, Tino Fernández trazó un retrato del Dépor que vive, del club que proyecta. Todo desde los recuerdos de aquel niño que en 1976 veía en la televisión "La Casa de la Pradera" y que luego se marchaba para Riazor, del joven que creció mientras sufría y disfrutaba de su equipo y del presidente que lo vive al otro lado de la barrera. "Ojalá podamos celebrar lo que todos tenemos en mente", deslizó contenido, rehuyendo hasta en dos ocasiones una palabra casi tabú: ascender. "El equipo emite muy buenas señales. El proyecto es nuevo y está en construcción, pero es ilusionante. Hay sintonía entre el cuerpo técnico y la dirección deportiva y está la fortaleza del grupo. No prometemos nada. Carmelo siempre dice que no hay que ponerse ninguna losa. Todos sabemos lo que queremos y tenemos dos retos. Uno es ser humildes. No somos más que nadie, cualquiera nos pinta la cara. Y el otro es la ansiedad. No se sube en agosto. Si lo conseguimos, lo haremos en mayo, junio o como sea".

El descenso fue un golpe, también un aprendizaje para Tino Fernández. "Es un paso atrás evidente y se vive desde la tristeza y la autocrítica. Hicimos cambios deportivos, que era donde creíamos que podíamos mejorar. Hay que caer y levantarse, venir llorado de casa. Queremos que el equipo compita y que cuanto antes entienda la competición", razonó en una charla celebrada ayer en el Club del Mar.

El regreso a Primera se fraguará en Riazor, en la relación con la grada y en un estadio recién reformado. Huye de las quejas por las reubicaciones o por la dilatación en los tiempos de la obra. "No nos quedamos con el retraso, con el dinero perdido por no vender entradas a los seguidores del Sporting o con que las obras podían haber comenzado antes, nos quedamos con el bien común. Quedará bastante bien, se ha mejorado mucho internamente y remataremos el exterior. Es chulo y singular. Con la obra casi acabada, espero que venga mucha gente ante el Málaga, al que ojalá pronto podamos pasar. El equipo debe también enganchar a la afición", concluye.

Tino Fernández destaca la mejoría económica, que les permite realizar una dirección de club en la que pueden "construir y crear" cuando antes se dedicaban a "reparar": "Tenemos la mala suerte de estar en Segunda y la deuda es grande, pero está estructurada. Ojalá subamos, pero si no es así, está controlada".

No deja de pensar en el Dépor que desea ver en verano, pero también en el que quiere tener ante sí en un futuro. "A medio plazo debe consolidarse en la zona media-alta. En un buen año peleas por Europa y en uno malo caes al puesto quince, como la Real Sociedad o el Athletic. Eso sí, cuando volvamos a Primera, hay que tener paciencia, debemos ir paso a paso, pero el club estará ahí por la pasión del deportivismo". Apuntó que quizás "no es el momento", pero tiene la "ilusión" de recuperar la secciones polideportivas para el Deportivo. Si asciende, ya ha prometido "hacer una fiesta en Muxía" e ir a visitar a las vírgenes de "Pastoriza y Caión o a la que sea".