Bruno Gama (Vila Verde, 1987) lo vivió todo en el Dépor. De disfrutar de un ascenso y ser el ojito derecho de Riazor a acabar desaparecido y finalizar su etapa de A Coruña con la carta de despido en la mano. Tras pasar por el Alcorcón, se rehabilita en Salónica y ordena sus recuerdos de A Coruña.

- ¿Por que acabó en Grecia?

-Me apetecía probar algo diferente y de lo que me llegó la verdad es que fue lo que más me gustó. El Aris fue un equipo que apostó por mí, me agradó el proyecto.

- ¿Era lo que necesitaba después de lo que vivió en los últimos tiempos en A Coruña?

-Todos queremos jugar y ser felices cada fin de semana. Estoy contento de haber estado unos meses en el Alcorcón y ahora de pertenecer al Aris de Salónica. He vuelto a disfrutar del fútbol.

- ¿Echa de menos A Coruña?

-Claro que sí. Es una ciudad en la que estuve bastante años y me gusta mucho. Volveré, aunque no para vivir porque en tu país siempre tienes a tus amigos y a tu familia. Eso sí, lo bueno es que entonces la voy a tener cerca de casa.

- Siempre fue muy querido. ¿Usted notaba ese afecto?

-Sí, recuerdo mucho lo que viví con nuestros aficionados. Tenía el cariño de la gente y eso siempre lo he agradecido. Quizás en mi primera época los resultados fueron mejores y eso lo facilita todo, aunque yo estuve siempre muy cómodo.

- Cerró su etapa en el Dépor siendo despedido para hacer hueco a los fichajes de enero en la plantilla. ¿Le sorprendió? ¿Lo empañó todo?

-No hay mucho que explicar y no quiero hablar en exceso. Fue una decisión del club que no me esperaba, pero así es la vida. Para mí está olvidado. Me quiero quedar solo con el tiempo bueno que pasé, con el equipo, con la ciudad. Voy a seguir queriendo al Dépor. Fueron tres años y medio y es de los lugares donde mejor me lo he pasado. El final no fue como a mí me habría gustado, pero así es la vida.

- Hubo incluso un conflicto judicial con el club. ¿Sigue adelante o ha sido solucionado?

-No, ya está arreglado. Mi abogado llegó a un acuerdo con los representantes del Deportivo, ya está. Estas diferencias son normales siempre que te encuentras en estas situaciones. Tardas un poco más o un poco menos en resolverlo, pero al final se soluciona.

- ¿Sigue al Dépor? ¿Cómo lo está viendo desde la distancia?

-Con nuestro calendario a veces no es fácil, pero el otro día estaba en casa de un amigo español y estaban televisando el partido contra el Granada. Me alegro de que haya empezado a ganar partidos y de que le vaya mucho mejor.

- ¿No notó algo extraño?

-Sí, ¡las gradas! No se veía a nadie detrás de las porterías. ¡Con la cantidad de gente que hay siempre ahí! Se me hizo raro. Espero que no sea por mucho tiempo. Me gusta que hayan renovado el estadio.

- Además de lo que ve, también está lo que le cuentan porque conserva amistades en el club. ¿Qué le transmiten?

-La verdad es que ya no quedan muchos porque la mayoría se fueron este verano. Me cuentan que quieren subir, que ese es el objetivo, que desean que la temporada traiga muchas victorias y que el grupo humano es bastante bueno.

- Parece que lleva toda la vida jugando, aunque la realidad es que debutó muy joven. ¿Cuánto le queda en el fútbol profesional?

-Ya empiezo a estar en esa fase en la que empiezan a mirar el DNI (se ríe). Espero seguir disfrutando muchos más años porque esto es lo que siempre me ha gustado. Aquí firmé dos años y estoy pasándomelo bien. Pertenezco a un equipo grande, tenemos mucha afición... Luego es cierto que nunca sabes a dónde te llevará esta profesión.

- Pero el que más le ha marcado es el Deportivo, ¿no?

-Sí, eso es cierto. De todos a los que he pertenecido me llevo algo bueno, pero en el Deportivo es donde viví mis mejores años.

- ¿Pensó alguna vez que quizás lo mejor hubiera sido no volver?

-No, las cosas a veces no son como uno quiere. Sabía que era un riesgo volver al Dépor, regresar a un sitio donde había sido feliz, pero no me arrepiento. Es difícil vivir lo mismo. A veces es mejor, a veces peor. Pero mi corazón me decía que debía volver ahí, que era lo que me haría feliz. Y eso que tuve muchas ofertas y algunas que me pagaban más.

- ¿Ni siquiera lo que ocurrió al final con su despido?

-No. Ellos (los dirigentes) forman parte el club y trabajan allí, pero no son el Dépor. Prefiero quedarme con todas las otras cosas que viví, aunque el final no fuese el que a mí me habría gustado.