Carles Gil hace autocrítica después del polémico partido de Córdoba. Prefiere no escudarse en las decisiones arbitrales que perjudicaron al Deportivo sino centrarse en mejorar, individual y colectivamente, consciente de que "no fue nuestro mejor partido en cuanto a juego". "No tuvimos la posesión y por eso sufrimos más de la cuenta", lamenta el valenciano.

-¿Conviene no quedarse solo con la actuación de Ais Reig sino mirarse el ombligo, reconocer los errores y buscar la mejora?

-Sí, totalmente. Al final pasó lo que pasó, pero cada partido, por muy malo o muy bueno que sea, siempre lo analizamos e intentamos mejorar. Es lo que hacemos siempre y esta semana va a ser igual.

-En Albacete también volaron otros dos puntos al final por un penalti muy polémico, contra el Málaga fue expulsado Quique por intentar una chilena, ahora lo de Córdoba? ¿tiene el Dépor menos puntos de los que debería por culpa de los árbitros?

-No, porque si te pones a mirar así, en todas las temporadas los árbitros te dan y te quitan. Son humanos e igual que nos equivocamos nosotros, se equivocan ellos. Buscar excusas es de mentalidad un poco segundona o negativa.

-¿Lo único útil es centrarse en lo que depende de uno mismo?

-Sí. Nosotros tenemos que intentar controlar todo lo que está en nuestra mano. Al final, es pasar página, como hacemos en cada jornada. Una vez que acaba el fin de semana, se analiza el partido y aprendemos de los errores.

-Por zanjar el tema, ¿usted cree a Borja Valle cuando defiende que el acta del partido no refleja lo que él dijo de verdad?

-Sí, claro. Con la palabra de Borja vamos a muerte. Lo conocemos y sabemos que no se va a inventar nada. En el fútbol a veces hay injusticias. Poco podemos hacer y poco puede hacer él. Ha sido una desgracia. Ahora la única esperanza que tenemos es que sean los menos partidos posibles [de sanción] y que lo podamos tener cuanto antes con nosotros. He hablado con Borja, él ha hablado con nosotros, y nos ha asegurado que no es tal cual lo cuentan [en el acta]. Al final, es la palabra de uno contra la de otro.

-Al margen de ese final en Córdoba tan marcado por las expulsiones, ¿cree que el Dépor se merecía los tres puntos?

-Depende un poco de cómo mires el encuentro. Es verdad que en cuanto a juego no fue nuestro mejor partido. No tuvimos la posesión, por eso sufrimos más de la cuenta, pero igual que ellos tuvieron sus ocasiones, nosotros con 0-1 tuvimos tres o cuatro muy claras para matar el partido.

-¿Por qué no tuvieron tanto el balón como otras veces?

-Igual toca aprender y fuera de casa, cuando nos ponemos por delante, igual no sabemos afrontar tan bien los partidos. Ellos también tuvieron su parte de mérito. Supieron jugarnos. Sabemos que fuera de casa los partidos de Segunda también son muy complicados.

-¿Sigue habiendo diferencias entre el Dépor de Riazor y el de fuera?

-Siempre va a haber diferencia, nos pasa a nosotros y a todos los equipos, porque nunca va a ser igual jugar en casa que fuera. Es verdad que tenemos que intentar asemejarnos lo máximo posible y con balón hay que intentar tener ese punto de personalidad que muchas veces tenemos para hacer sufrir al rival.

-¿Entonces falta personalidad a domicilio?

-No. Simplemente muchas veces hay que ser fríos y saber que en todos los partidos vamos a sufrir, las aficiones aprietan mucho y tenemos que intentar saber jugar con eso.

-Hasta ahora los rivales que pasaron por Riazor salieron a encerrarse atrás, ¿ante el Reus será distinto?

-No creo que todos hayan venido con esa idea. Creo que les hemos sometido nosotros. El Elche quiso salir con el balón jugado, nosotros no le dejamos y le metimos en el área. Es nuestra idea de cada partido en casa, sabiendo que cada encuentro y cada rival es diferente.

-El Reus viene de ganar su primer partido en casa...

-Todos los rivales son peligrosos y los que vienen de victoria llegan con ese plus de motivación añadido. Tenemos que centrarnos en nosotros, en seguir haciendo lo que venimos haciendo, sobre todo en Riazor, e intentar someter al rival, utilizar nuestras armas e intentar ganar el partido. Es clave hacer que en casa se vayan muy pocos puntos. Si conseguimos eso, vamos a estar arriba, seguro.

-¿Qué tal se está adaptando a ese rombo que usted completa por detrás de los dos delanteros?

-Muy bien. Cada vez me voy encontrando más a gusto y más cómodo. Es una posición muy específica. Requiere mucho esa conexión de la parte del centro con los delanteros. Intento recibir detrás de los medios [rivales], que no es fácil, pero cuando lo conseguimos el objetivo es intentar hacer daño al rival.

-Hacía tiempo que no era titular tantas veces seguidas, ¿valora esa continuidad?

-Lógicamente. Todos queremos jugar. A nadie se lo regalan y si tenemos continuidad es porque estamos haciendo las cosas bien. Lo único que hay que pensar es en el equipo, y el que juegue, que ayude lo máximo posible para conseguir el objetivo.

-¿La baja de Cartabia influye para que usted no sienta tanta presión por tener que hacerlo bien para mantener el puesto?

-No, para nada. Yo juego para hacerlo lo mejor posible y luego es el míster el que decide. Hay hombres suficientes como para que el técnico pueda decidir entre uno u otro. Arriba somos muchos jugadores. Desgraciadamente, ahora tenemos la sanción de Borja y la lesión de Fede, y es una pena. Ojalá estuviésemos todos, y luego es decisión del míster. No creo que a nadie, porque uno se lesione o cause baja, le regalen el puesto.

-¿Le falta mucho para llegar a su nivel óptimo de rendimiento?

-Eso nunca se sabe. No creo que haya un punto de forma en el que digas: ´hasta aquí´. Siempre se puede mejorar. Es mi intención y la de todo el equipo.

-Tras diez jornadas, ¿cree que el Dépor está donde esperaba que iba a estar a estas alturas?

-Sí. La idea desde un principio es estar arriba y estamos ahí, a tres puntos del líder. En diez partidos es un poco anecdótica la clasificación en el sentido de que van a pasar muchas cosas de aquí a final de temporada pero es verdad que vernos ahí arriba ya es importante para nosotros. El caso es no bajarse del carro, estar siempre ahí y al final aprovechar los momentos claves.