Con doce jornadas a la espalda y navegando en la irregularidad, como admite Juan Antonio Anquela semana tras semana en El Requexón, el Oviedo se prepara para afrontar uno de los tramos más exigentes de la temporada, que le enfrentará el sábado (20.30 horas) al Deportivo y una semana después al Sporting en el primer derbi asturiano de esta campaña. Quince días que, son conscientes desde el vestuario azul, podrían ejercer como termómetro del primer tramo de la temporada.

De momento, los resultados del próximo rival del Dépor no son los esperados, pero el grupo confía plenamente en el trabajo desarrollado hasta la fecha. Anquela revolucionó el equipo en el encuentro ante el Mallorca (1-1), introduciendo tres cambios y variando incluso el inquilino de la portería, dándole la alternativa a Champagne en detrimento de Alfonso. Sistema y nombres aparte, la plantilla y el cuerpo técnico se centrarán esta semana en intentar corregir lo que ha lastrado el equipo en las últimas citas: el acierto en ambas áreas.

El apartado defensivo es el que más preocupa en el seno azul. Los 16 goles encajados en doce partidos -nadie ha concedido más entre los 13 primeros clasificados- son una losa difícil de llevar para el equipo de Anquela. La sensación es de que al Oviedo le hacen gol sin que el rival proponga mucho en especial. Esa sensación es una realidad, demostrada por los datos. Lo primero que llama la atención es que los azules son de los equipos más goleados de Segunda, pero sin embargo son los menos acechados por las escuadras contrarias. El domingo pasado, por ejemplo, el Mallorca sólo necesito un tiro a puerta para sacar un punto del Tartiere.

Al Oviedo le han rematado 130 veces en doce jornadas: ocupa el puesto catorce en Segunda en ese apartado. Al Granada, por ejemplo, que va líder en la categoría de plata y le saca ya 10 puntos al Oviedo, le han rematado una vez más que a los carbayones. Sin embargo, encaja la mitad (8 goles). El año pasado Anquela agitó la coctelera en la portería, haciendo debutar a Alfonso, cuando el Oviedo también tenía serios problemas defensivos.

El cambio de Champagne podría ir encaminado a buscar una reacción parecida a la de la temporada pasada. De momento, ha habido varios cambios en la defensa, que no han sido suficientes para cerrar la herida atrás. A la irrupción de Javi Hernández -que el domingo pasado fue el elegido por delante de Christian Fernández, fijo para Anquela en 54 jornadas- se le une la recuperación de Alanís, fichaje de postín de la temporada que sólo ha jugado 14 minutos en su debut, cuando cayó lesionado ante el Alcorcón. Las opciones en la defensa, con Carlos Hernández de vuelta a la titularidad, se multiplican en la búsqueda del equilibrio y la solidez, las primeras metas a conseguir para que el Oviedo comience a mirar hacia arriba.

El segundo objetivo del conjunto azul pasa por mejorar en el área contraria. Esta vez, en el apartado del acierto. El ejemplo más meridiano se observa en el empate ante el Mallorca. El Oviedo creó muchas ocasiones y remató 21 veces, la cifra más alta de toda la temporada hasta el momento. No sirvió, sin embargo, para agrandar el saco goleador y resolver el partido en la primera parte. El Oviedo lleva 14 goles a favor, y para lograrlos ha precisado de 147 remates -el 8º que más tira-, de los cuales han ido a puerta 46, estando el 13º de Segunda en ese listado. Necesita, pues, mucho para lograr anotar en los partidos, ya que la efectividad es solo del 12%. Ibrahima, con dos goles en dos jornadas seguidas, es el brote verde al que se agarra actualmente el Oviedo.