José Manuel Portela (A Coruña, mayo de 1962) llegó al Deportivo en la temporada 1981-82 con solo 19 años procedente del Español. En su primera campaña disputó un partido, como otros muchos integrantes del Fabril, que fueron alineados a las órdenes de Luis Rodríguez Vaz ya que los futbolistas profesionales vivieron su tercera huelga. Tras pasar cedido dos temporadas, se asentó en el primer equipo durante tres campañas más y fue protagonista de aquel curso 87-88 en el que Deportivo se salvó de mucho más que el descenso con el gol de Vicente al Racing de Santander. Jugó un año más con la camiseta blanquiazul y se marchó al Burgos, equipo con el que militó también en Primera División.

Tiene recuerdos de la rivalidad que había entonces con el Oviedo a raíz del encuentro de la temporada 1985-86, cuando Villena Peña, árbitro andaluz, expulsó a Silvi en el Tartiere a la media hora de juego y señaló un penalti polémico a favor de los locales que supuso la derrota blanquiazul. "A raíz de ese partido se creó un ambiente de muchísima rivalidad, eso que todavía no existían las peñas ultras como ahora, aunque ya estaban los integrantes de la Peña Barrio Sésamo", recuerda Portela.

Alejado del mundo del fútbol, a pesar de que tuvo alguna experiencia como entrenador en equipos de la zona, José Manuel Portela se centra en su trabajo y se limita a ser un aficionado más en Riazor. "Esta vez va a ser la primera de la temporada que acuda al estadio -un problema de salud le impidió estrenarse- y espero que sigamos con la racha en casa y nos metamos entre los dos primeros, ante un equipo peligroso que también quiere ascender o meterse en el play off".