Cuando desaparece el equipo toca tirar de individualidades. Fede Cartabia sacó la sirena y acudió al rescate de un Dépor 'zombie' y sin respuesta en Almería. En una de sus peores exhibiciones de la temporada, sucumbió al modelo de partido que planteó un rival intenso, que contaba con el sustento de la permisividad del colegiado, pero que por encima de todo jugó a lo que quiso. El partido mostró a un Dépor roto que sigue sin crecer fuera de casa y que en las últimas jornadas no termina de imponer el fútbol de posesión que guía el proyecto de Natxo. El punto alivia, no debe evitar la reflexión. La zona de ascenso se resiste, pero hay que mirar más allá, ganársela.

LaLiga 123: Resumen del Almería - Deportivo

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Natxo y todos sus futbolistas pisaron el césped andaluz concienciados de que hoy iba a tocar sufrir. No es que el Almería fuese mejor o peor que otros rivales de mayor pedigrí, el problema para los coruñeses es que apuesta por un fútbol que le hace daño, que desnuda sus carencias. Mucha velocidad, segundas jugadas, pelotas divididas, presión alta, continua actitud de repliegue, de correr hacia atrás... Todo eso preveía y todo ese ocurrió en el primer acto. El Dépor fue incapaz en muchas fases de enlazar tres pases seguidos. Para contrarrestar el aluvión rojiblanco el técnico quiso poner en el once a futbolistas como Christian Santos, Saúl o Carles Gil, el que mejor entendió el fútbol que requirió el primer acto, a pesar de que el deportivismo juró en arameo cuando malgastó esa contra al filo el descanso.

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El Dépor saca un punto de su visita a Almería

Sufrió, resopló, estaba incomodísimo. Y, a pesar de todo, Dani Giménez no tuvo que hacer una parada. Las acciones más cercanas al gol fueron protagonizadas por coruñeses. La mentada contra del valenciano, un cabezazo frustrado de Christian, un disparo de Edu Expósito, una soberbia jugada entre Saúl y Gil que mandó Quique fuera. El Dépor iba a tener más protagonismo en los resúmenes, aunque en realidad el partido estaba donde quería Fran Fernández y su Almería. Vértigo, transiciones rápidas. El Dépor, ahogado, no pensaba y eso es lo peor que le puede pasar. Como atenuante para los blanquiazules, el colegiado Ávalos Barrera se dejaba las tarjetas en el vestuario y daba alas al fútbol siempre al límite de su rival. Al conjunto coruñés no le sobraba el descanso, mientras la pareja formada por Domingos y Pablo Marí seguía creciendo. Imperiales, era el dique de un equipo muy exigido.

A Natxo ya se le veía gesticulante antes del parón y, tras pasar por el vestuario con su equipo, pasó de las palabras a los hechos. Carles Gil y Edu Expósito se quedaban en la caseta y salían a escena Didier Moreno y Krohn-Dehli. El técnico quería músculo, deseaba igualar el duelo en el terreno físico; descartaba imponerse por talento. En vez de querer la pelota, dio la sensación de que entraba aún más en el juego que buscaba su contrincante. No se impuso e intentó adaptarse a una corriente, que estuvo a nada de llevárselo. El Almería seguía rascando, corriendo, quebrando el duelo, quebrando al Dépor. Poco funcionó de lo planeado hoy por Natxo. Ni al principio ni en el medio ni al final.

Pudo marcar Álvaro, también Juan Carlos y finalmente el ejecutor fue Narváez. Otra mala salida, otra pérdida, la obligación de correr hacia atrás y el colombiano fintó a Álex y clavó el balón en la escuadra. Golazo. Imposible para Dani, castigo justo para el Dépor. Estaba siendo peor, no se encontraba, nunca tuvo respuesta. Solo Fede Cartabia, por momentos, pareció que le podía dar un segundo aire, cambiarle.

Y, finalmente, lo hizo. Cazó un balón cerca del área y, ante la falta de soluciones colectivas, se largó un zapatazo que se acabó envenenando. René 'tragó', el Dépor respiró. 1-1. El argentino salvaba al equipo coruñés y se señalaba la camiseta. Él apareció, el Dépor debería haberlo hecho. No hubo noticias.