En su escenario preferido, donde apenas había mostrado debilidades, el Deportivo sufrió ante el Numancia un resbalón inesperado. Todo habían sido certezas para los blanquiazules en Riazor, en este caso positivas por la dinámica que consiguió construir a base de resultados y buenas sensaciones, pero el sábado sumó una negativa: que nadie en la categoría es capaz de ganar con la gorra. Tampoco eso es posible para el conjunto de Natxo González, que hasta este fin de semana solo había cedido un empate en su estadio. La victoria se le escapó porque dimitió de un partido que vio ganado a pesar de que había razones para desconfiar antes incluso de que el Numancia lograra la igualada final.

Autocomplacencia peligrosa. El dominio inicial del Deportivo el sábado comenzó a decaer justo después de que Edu Expósito inaugurara el marcador. Las ocasiones desaparecieron y el Numancia se adueñó de la pelota hasta inclinar a su favor la posesión al final del encuentro (45% para los blanquiazules y 55% para los visitantes). También las oportunidades terminaron por equilibrarse (16 remates deportivistas por 13 del Numancia) cuando el arranque vaticinaba un compromiso plácido para el conjunto de Natxo. No lo fue porque de algún modo se desentendió del juego pese a la advertencia de su técnico.

El papel de Natxo González. El entrenador blanquiazul reconoció al finalizar el encuentro que ya desde el primer tiempo se olía un desenlace como el que finalmente se produjo. Natxo González, sin embargo, no mostró demasiada cintura para contrarrestar el movimiento desde el banquillo visitante que terminó por cambiar la dinámica del partido. López Garai, discípulo del técnico deportivista, colocó a Oyarzun y eso terminó por descolocar por completo al equipo coruñés. Natxo respondió modificando el dibujo y colocando a Álex Bergantiños en lugar de Pedro Mosquera, pero sus movimientos no funcionaron.

Crece Edu Expósito. Al exfabrilista se le había reclamado desde el banquillo que tuviese más personalidad para hacerse un hueco en las alineaciones. En los últimos partidos la ha demostrado y el sábado firmó su mejor encuentro, con tanto incluido. Expósito, sin embargo, dio muestras de cansancio dentro de un entramado que exige mucho a los centrocampistas. Por ahí vinieron también los problemas deportivistas, incapaces de taponar las llegadas desde los costados del Numancia.

Menor nivel individual. Natxo González deslizó al final del partido que algunos jugadores habían estado por debajo de su nivel habitual. Se notó especialmente en el caso de Domingos, precipitado con la pelota, y de Quique González. El delantero sigue derrochando entrega y sacrificio, pero su efectividad ha decaído en los últimos compromisos. También patinó Dani Giménez, el mejor hace una semana contra el Rayo Majadahonda, que pudo hacer algo más en el segundo tanto del Numancia.