Riazor se acercó ayer a la media entrada en el partido contra el Zaragoza, con una asistencia que se aproximó a los 15.000 espectadores. Cifra baja, pero que ronda la media que registra el coliseo coruñés desde que comenzó la temporada. Ayer, además, los seguidores tuvieron que soportar una intensa lluvia (mientras que en otras partes de la ciudad no lo hacía), además de un considerable bajada de temperatura. Fue el último partido de 2018 del cuadro coruñés como local, y que el sábado jugará en el Carranza contra el Cádiz.