Empezar bien el año para acabar mejor la temporada, con el ascenso a Primera, es el objetivo inmediato del Deportivo en este 2019, que espera abrir con una victoria el domingo en Riazor frente al Lugo (17.30 horas). Quiere empezar con fuerza la cuesta de enero, algo que históricamente se le ha dado bien en las temporadas más recientes. Tanto es así que en la última década solo perdió una vez en sus primeros compromisos del año. Fue en 2016, cuando cayó en casa ante el Villarreal (1-2). En Segunda División, los últimos precedentes son un empate sin goles en Jaén (2014) y un triunfo 2-1 en Riazor ante el Xerez (2012). Hace justo un año arrancó un punto de Vila-Real (1-1) en su estreno en 2018 gracias a un gol de Florin Andone en la recta final, un empate esperanzador para empezar el año, pero que no tuvo continuidad en las jornadas siguientes. El Dépor no fue capaz de salvarse y ahora, de nuevo en Segunda, busca un nuevo acelerón con el que mantenerse de lleno en la pelea por las dos primeras plazas, las de ascenso directo.

Viene de despedirse de 2018 con una dolorosa derrota en el campo del Cádiz (3-0)

Cádiz , así que el equipo de Natxo González está con muchas ganas de dar la bienvenida al nuevo año amarrando los tres puntos frente al Lugo para dar continuidad al notable rendimiento en Riazor, donde el Dépor se mantiene invicto y solo cedió sendos empates ante Málaga y Numancia. "Siempre es importante ganar por la igualdad que hay en la categoría, pero en casa, siendo un derbi y con lo apretada que está la clasificación y que también hay enfrentamientos directos, una victoria daría otra vez un poco más de poso y reforzaría al equipo para reaccionar después de una derrota -recalcó ayer Álex Bergantiños-. Solo llevamos dos derrotas y cuando pierdes es importante reaccionar bien a la jornada siguiente y sacar el partido para seguir confirmándonos y no generar ningún tipo de duda después de una derrota como fue la de Cádiz".

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El coruñés insistió en la enorme trascendencia del encuentro del domingo, sobre todo para levantarse y despejar cualquier mínima duda que pudiera generarse tras la última derrota en el estadio Ramón de Carranza. "Reaccionamos bien al empate ante el Numancia", recordó el capitán, que considera "importante vencer ahora, tras la derrota y el parón, para no generar dudas". Su respeto es máximo hacia el Lugo, que a su juicio cuenta con un once "supercompetitivo". "Todos somos equipos de Segunda División iguales. Podemos tener más recursos en cuanto a plantilla, pero el Lugo tiene un once supercompetitivo, ha dado un nivel muy bueno en los últimos años, y juega sin esa presión añadida que nosotros podemos tener al jugar en casa y tener un objetivo más ambicioso", añadió.

El Deportivo-Lugo es un derbi "diferente" al que enfrenta al equipo coruñés y al Celta "porque no existe esa rivalidad histórica de tanto tiempo". "Como gallego que soy, me gustaría que hubiera los máximos derbis posibles y en la categoría más alta que pudiera ser", comentó al respecto.

El capitán, con ganas de seguir

Álex acaba contrato el 30 de junio y, por supuesto, le gustaría seguir más tiempo en el Deportivo, siempre que se sienta "útil" y el club también lo considere así. "Mi objetivo desde que vine y hablé con Carmelo [Del Pozo, el director deportivo] era ir pensando al final de cada temporada si yo seguía siendo útil o no. No me veo dejando de jugar porque creo que me quedan bastantes años de fútbol y me siento con fuerzas", argumentó el coruñés, que en junio cumplirá 34 años.

"Siempre que sea útil para el club y yo me sienta útil, intentaré seguir alargando lo máximo posible el poder seguir jugando en el equipo de mi ciudad y aportar todo lo que pueda", añadió tras el entrenamiento matinal de ayer, el primero de los dos que la plantilla del Deportivo completó en Abegondo.