"Cuando hacías algo mal o un movimiento que no le gustaba, Julio (Díaz) siempre nos decía de broma 'bah, tú eres un chacarita' y acabó llegando al grupo de WhatsApp que tenemos ahora todos los que jugamos en el Lugo en aquella época: A quinta do Chacarita". José Antonio Pérez Alvite, eterno capitán rojiblanco y héroe del ascenso con su gol al Sant Andreu, es hoy el delegado del próximo rival del Deportivo. "Ahora aprovechamos para felicitarnos por ahí las pascuas. Esto de la tecnología..." asegura socarrón Julio Díaz, entrenador que llevó a los lucenses a Segunda División en 1992. "Yo andaba siempre con lo de chacarita y me lo acabaron llamando a mí. No sé muy bien ni de dónde viene". Uno de los chacaritas que forman parte de esa ventana virtual abierta a la nostalgia es Bernardo Tapia, segundo de Natxo en el Deportivo y que militó en el Ángel Carro entre 1987 y 1990. El pasado llega este domingo a golpear en la puerta de su nueva casa.

"Bernardo como jugador era muy creativo, con un gran físico y encima zurdo, pero sin los vicios de los zurdos", avanza Julio Díaz para describir al futbolista que dirigió en la temporada 1988-89. "Se podría decir que era moderno para su época. Antes los futbolistas eran más estáticos, jugaban en una loseta como lo hacía Guardiola en el Barcelona", contextualiza. " Y un día le dije: 'J...., Bernardo, con el físico que tienes, hay que comerse el área rival. Aléjate del balón y llega. Le aconsejé, lo captó rápido y empezó a meter goles. El fútbol se ve o no se ve y él tenía un don".

Tal fue la eclosión y las prestaciones de Tapia que, aunque se acabó marchando a su tierra (Manlleu), pudo acabar en Riazor. "Yo sé que lo quiso el Dépor", recuerda el que fuera su entrenador y uno de los que más le influyó en aquella época, paso previo a acabar en los banquillos. "Entonces Bernardo ya era muy comunicativo en el campo. Se le veía interés por cuestiones tácticas, le gustaba mucho y, en ese sentido, trabajar con Julio, que siempre estuvo en la vanguardia, le ayudaba bastante. Se nota que tomó buena nota de él", explica su excompañero Alvite, que reafirma la esencia de ese futbolista que maravilló en el Lugo a finales de la década de los 80: "Era un jugador muy completo. Un zurdo con técnica, que era potente y que iba muy bien de cabeza".

"Retomamos la relación cuando yo volví a ser delegado y él visitó Lugo con el Reus. Aún no hablé con Bernardo esta semana, habrá que darle un toque", avanza. "Me alegro mucho de que haya acabado en el Dépor, está haciendo una gran labor en esa dupla con Natxo".

"Va a ser un buen partido, bonito. Al Dépor le deseo que gane casi todo, pero a partir del domingo", sentencia Alvite. Julio Díaz no oculta que "los derbis son pura sorpresa" y que su corazón "va con el Lugo", pero ve al Dépor en la senda correcta: "Subirá. Va firme, sin hacer ruido. Si le respetan las lesiones... Eso sí, no hay nada más difícil que Segunda. Ni Primera".