Al equipo con más dinamita de Segunda, el Deportivo, se le ha apagado la mecha del gol en las últimas semanas. Por primera vez en la temporada encadena dos jornadas sin marcar. Cerró el año con una derrota muy dolorosa en Cádiz (3-0), donde se marchó del estadio Ramón de Carranza sin anotar pese a sus 14 remates sobre la meta de Cifuentes, seis de ellos entre los tres palos. Ayer, ante el Lugo, conectó 13 disparos, de los cuales cuatro fueron a puerta. En total, nada más y nada menos que 27 tiros en los últimos dos encuentros, todos ellos sin premio.

El equipo coruñés sigue siendo el más realizador de Segunda, con 31 dianas -dos más que el Albacete y tres por encima del Granada- pero ha bajado notablemente su eficacia en los últimos encuentros. Llega bastante arriba, las suficientes veces como para perforar la meta rival, pero no tiene la pegada que sí derrochó en otras fases de la temporada y gracias a la cual sacó adelante varios partidos.

Ni el pichichi Quique González, que hasta ayer había sido titular siempre que había jugado, ni tampoco Carlos Fernández, quien reapareció tras lesión formando desde el inicioCarlos Fernández, fueron capaces de batir a un Juan Carlos especialmente inspirado. Tampoco mojaron Borja Valle ni Fede Cartabia, otros dos activos ofensivos que Natxo González puso en liza, el berciano como titular y el argentino como revulsivo para la última media hora.

Para empezar el año el preparador vitoriano aparcó el sistema con tres centrales que eligió para despedir 2018 en Cádiz y recuperó la apuesta habitual con ese rombo en el centro del campo tan característico del Deportivo. El dibujo de siempre pero con novedades importantes, por ejemplo por el concurso de Michael Krohn-Dehli. Nueva oportunidad desaprovechada por el danés, uno de los cuatro que entraron en el equipo titular con respecto a la anterior jornada.

Saúl, Carles Gil y Carlos Fernández fueron las otras novedades. Especialmente llamativa del andaluz, que volvía tras haberse perdido por lesión las últimas tres jornadas del año. Natxo no lo reservó para darle minutos en la segunda parte sino que optó por utilizarlo desde el inicio, formando pareja en ataque con Valle, con lo que por primera vez en la temporada dejó en el banquillo a Quique. Suplente de lujo junto a otros futbolistas en teoría también diferenciales no solo en el Dépor sino en la categoría, sobre todo Vicente y Cartabia. El canario, ni jugó; y el argentino, no desequilibró pese a la superioridad numérica.