El Deportivo consiguió el domingo contra el Albacete todo aquello que necesitaba. Logró una victoria que se le resistía varias jornadas, convenció con una actuación de mérito y espantó las dudas que había generado el rendimiento irregular del último mes y medio. Lo hizo además mediante una fórmula novedosa. Natxo González buscó soluciones a los males que lastraron el juego blanquiazul desde finales del año pasado y modificó su planteamiento para explorar otras posibilidades. Desapareció el rombo tradicional del técnico deportivista y sin él el funcionamiento del equipo ya no fue tan previsible como en los compromisos más recientes. "Nos sentimos cómodos y lo mostramos dentro de la cancha", aseguró Cartabia. Regresaron también los goles, ausentes en los tres partidos anteriores, y los puntos necesarios para mantener el paso en la cabeza de la clasificación.

Alternativas al rombo. El desgaste del esquema preferido de Natxo González se hizo evidente a la vuelta del paréntesis navideño. La propuesta deportivista ya no sorprendía, los rivales le habían tomado la medida y los jugadores no mostraban esa confianza de principios de temporada. Se imponía un cambio de planteamiento más allá de la posibilidad de recurrir al contragolpe ante determinados rivales. Ese recurso, el de las contras, le había funcionado bien a los deportivistas esta temporada, pero no parecía el más adecuado para enfrentar a unos rivales que en las últimas jornadas se habían acostumbrado a esperar cerca de su área con dos líneas juntas.

Sin mediapunta y con bandas. La opción de Natxo fue prescindir del mediapunta y colocar un tridente arriba para explotar las bandas en ataque más allá de la profundidad de los laterales. La maniobra le permitió al equipo crear las superioridades que habían faltado en los partidos recientes. Borja Valle y Cartabia funcionaron en los costados sin que se notase la ausencia de un jugador inmediatamente por detrás del delantero. Esa posición, la del mediapunta, había sido desde el comienzo la más frágil de un rombo que sin embargo no será desterrado del todo de los planes del técnico. El propio Cartabia reconoció que el cambio a él personalmente le sentó bien. "Quizá me sienta más cómodo porque en los últimos años había jugado en esa posición", manifestó ayer.

Natxo sale reforzado. Además del equipo, el gran beneficiado de la victoria ante el Albacete fue un Natxo González cuestionado en las últimas semanas por su supuesto inmovilismo. Aunque el juego blanquiazul había contado con variantes durante la primera vuelta, el rombo se mantuvo como el esquema preferido del técnico. Después de varios reveses, sin embargo, el entrenador blanquiazul no tuvo reparos en buscar soluciones a través de otros planteamientos. El cambio fue el camino natural después de que el propio Natxo reconociera el mal momento del equipo.