Joaquín Villa (Mieres, 1961) vive en Gijón, se crió en el Sporting y subió con el Dépor a Primera hace más de 27 años la tarde en la que se quemó el meigallo. El exariete, ahora técnico del Llano 2000 cadete, analiza el duelo del domingo.

- Los Sporting-Dépor son cada día más intensos. ¿Qué cambió?

-Cuando yo jugaba no había mucha distancia entre ciudades, pero ahora son dos horas y media y facilita los viajes. No sé si se puede considerar casi un derbi, pero de lo más parecido. No será decisivo, pero sí a cara de perro porque está todo igualado, hay poco margen.

- ¿Pero lo ve todo dentro de la normalidad?

-Claro. No se le hace ningún bien al fútbol dándole importancia a los que se quieren ser protagonistas, a los que van a insultar, molestar y enturbiar. Las aficiones de Deportivo y Sporting van a ver el fútbol y se desencantan si pierde su equipo, pero dentro de lo razonable. En mi época de jugador nadie estaba libre de que ocurriese un malentendido por lo que dijese uno u otro o por un gesto, pero no recuerdo ningún partido que no estuviese dentro de los límites.

- ¿Cómo ve al Dépor?

-Intenta sacar la pelota jugada desde atrás, no se parece en nada a lo que había antes en la categoría. Cuenta con recursos, pero ninguno de los conjuntos de la zona alta bajará de seis, siete u ocho derrotas. Le va a costar a todos y el Dépor donde más flojea es fuera de casa. Este año parte como favorito y la gente que es de aquella manera quiere que pierda solo dos partidos y que suba con diez puntos de ventaja y eso hoy es literalmente imposible.

- En el 91 tampoco fue fácil...

-Entonces fuera de casa éramos bastante madres, sobre todo en la primera vuelta hicimos muy pocos puntos. Fuimos fuertes en Riazor y al final pegamos un arreón. Este año va a ocurrir lo mismo. Los que lleguen a las últimas ocho o diez jornadas y hagan un carrerón lo conseguirán. Pasó con el Valladolid.

- Imposible hablar de entonces y no pensar en Arsenio...

-Me dejó huella. Por su peculiaridad, por su forma de llevarnos. Éramos veteranos y a veces nos trataba como recién llegados, en aspectos como la alimentación, que si el vino, que si una cerveza... Él lo hacía con todo el cariño, pero para nosotros era sorprendente. Y no solo eso. Puedo decir que, después de jugar muchos años en Primera y Segunda, fue el técnico que más me enseñó a mí y a todos. Entrenábamos táctica, los movimientos cuando teníamos y no teníamos balón. Antes era todo más improvisación y él no lo hacía así. Aquel Dépor estaba muy trabajado tácticamente.

- ¿Le marcó el partido ante el Murcia y lo vivido en A Coruña?

-Mucho. Fue inolvidable, soy un seguidor más del Dépor. Los que tienen menos de 35 años ya se acordarán poco de mí y de aquella época. Tuve la suerte de subir a Primera en A Coruña y Sabadell justo cuando los dos clubs llevaban mucho tiempo sin hacerlo.

- ¿Qué le ha dado José Alberto al Sporting desde su llegada?

-Una intensidad que no tenía. Eso es lo primero. Luego lo convirtió en ambicioso, ahora sus partidos son de máxima exigencia. Para ser candidato a subir quizás necesitaría un par de jugadores de banda, que ahí es donde flojea. A mí lo que me preocupaba antes era que el Sporting tenía riesgo claro de descenso. Ahora ya está listo para ganar partidos, lo que no sé es si le llegará para estar entre los seis primeros. Ya va ahora mismo a contrarreloj.

- ¿Qué ocurrirá el domingo?

-Prefiero que gane el Sporting, pero el disgusto, si lo hace el Dépor, será mucho menor (se ríe). Eso sí, para puntuar el Deportivo va a tener que tener un buen día porque el Sporting le exigirá muchísimo.