"Defendemos un escudo que no podemos manchar". Luisito manda en el Fabril y su mensaje apela al orgullo, a recuperar el "protagonismo y el ritmo" en los partidos y a rescatar la autoestima y el fútbol que el grupo lleva dentro. Lo primero es ganar el domingo y revitalizar la pasión: "Hay que vencer al Burgos. No vale empatar, solo ganar, ganar... Deseo que llegue el domingo y llevarnos la victoria, es la mejor medicina, además de entrenar como campeones. Y después que amen a este deporte como aman a sus novias y mujeres. Al balón y al fútbol lo tienes que querer tanto o más que a tu mujer o novia. Si lo hacen, tendrán camino recorrido".

Carmelo recalcó que en el Fabril todos empiezan de cero (Mujaid está reincorporado) y que recurre a Luisito porque es "el máximo exponente de un equipo que compita". Él recoge el guante: "Aunque mucha gente lo piense, no estoy loco. Si nos salvamos será un éxito tremendo. Soy valiente. Salvo la muerte, nada es seguro. Hay que querer, creer y poder y, mientras tengamos puntuación, el Fabril no está descendido". Busca llegar a sus pupilos: "Tienen su ego y están tocados. Quiero que tengan la misma ilusión que tengo yo. Si un futbolista del Fabril no la tiene, no me vale. Jugará el que mejor esté. Estos jugadores, mientras sean entrenados por mí, pelearán a muerte. Podemos ganar, empatar o perder, pero tienen que matarse los 90 minutos y jugar con un ritmo alto. El Fabril debe ser protagonista con y sin balón. No podemos quedarnos viendo como manejan nuestros partidos. Quiero un bloque compacto y solidario".

Llega con Roberto Valdés como ayudante y no niega su papel de motivador, pero sabe que hay que exponer más argumentos: "Solo con eso no llega. Si los éxitos que tuve hubiesen sido por motivar, para eso cogía un bombo y ya está".

"Los niños son bastante mejores de lo que dice la clasificación", avisa Luisito antes de mandar un recado y defender al grupo: "Me sorprende que esté tan abajo por potencial y por todo, pero el fútbol son dinámicas. Empiezas mal y para cuando quieres recuperarte, no eres capaz. Es como los boxeadores. Si llevas un golpe y no tienes agallas de levantarte, vas a perder siempre; eso es lo que yo no quiero".