Hace tres semanas la perspectiva para el Deportivo era de todo menos esperanzadora. El equipo atravesaba su momento más delicado de la temporada después de tres partidos sin ganar y sumido en una inédita sequía goleadora. A los malos resultados había que sumar las dudas en el juego. La propuesta de Natxo González daba síntomas de agotamiento que alimentaban el debate en torno a la conveniencia de dar un giro al planteamiento empleado por el equipo de manera más habitual. El tradicional rombo del técnico estaba en entredicho y en el horizonte aparecían rivales con galones. Entre finales de enero y comienzos de febrero se calibrarían las aspiraciones del equipo, todavía pendiente de solucionar sus problemas de finales de año. De ese tramo de la temporada comprometido, el conjunto blanquiazul sale ahora reforzado después del triunfo del domingo ante el Granada, que le permite mantener su posición de privilegio en la clasificación sin perder pie.

Al ritmo de la cabeza. Natxo González recurrió al argot ciclista para explicar el objetivo en estas jornadas. El entrenador deportivista admitió que podían permitirse "hacer la goma" (descolgarse un poco de los líderes sin perderlos del todo de vista), pero que en ningún caso debían alejarse del "tren" de cabeza. Después de enfrentarse a Albacete, Sporting, Tenerife y Granada lo ha conseguido. El Deportivo arrancó la segunda vuelta en cuarta posición y a tres puntos del ascenso directo. Cuatro partidos después es tercero a un punto de las plazas que otorgan un billete a Primera División. El conjunto blanquiazul es además el segundo mejor en el segundo tramo del campeonato por detrás de Osasuna. Los navarros han sumado los 12 puntos en juego hasta la fecha gracias a su pleno de victorias, mientras que los deportivistas lograron 10 al ceder un empate contra el Tenerife.

Fiable contra los aspirantes. Esa igualada ante los canarios en Riazor ha sido el único lunar en las jornadas recientes del equipo de Natxo. Los otros tres partidos los ha solventando con victoria, y eso que se trataba de compromisos ante conjuntos con las mismas aspiraciones que los blanquiazules. En una fase especialmente exigente del calendario, los deportivistas han dado la talla contra Albacete, Sporting y Granada. No han perdido contra ninguno y tienen el golaveraje a favor en el caso de un hipotético empate. Dentro de dos semanas les espera el Málaga antes de un mes de marzo en el que deberían lograr una buena cosecha de puntos ante equipos más asequibles.

Crecimiento a domicilio. El partido ante los andaluces del sábado de la semana que viene en el estadio de La Rosaleda representará otra prueba importante a domicilio para un equipo que en las últimas semanas ha logrado mejorar su discreto rendimiento lejos de Riazor. Tras ganar en Gijón y Granada, el Deportivo ha conseguido sumar por primera vez este curso dos triunfos como visitante. Antes de ganar en El Molinón se había pasado cuatro meses sin una victoria fuera, pero en las últimas visitas ha dado "un paso adelante en cuanto a competitividad", en palabras de Álex Bergantiños. Lo ha hecho con una fórmula más rudimentaria y un fútbol menos elaborado, pero con más cuajo para conquistar este tipo de escenarios.

Quique espanta el gafe y Mosquera reclama su lugar. El partido de la semana pasada expuso todo el infortunio en el que se encontraba sumido Quique. Contra el Tenerife falló todas las que tuvo de las formas más inverosímiles, pero el domingo acertó con el regalo de la defensa del Granada. Fue la mejor noticia a nivel individual junto a Pedro Mosquera, que después de dos meses en el ostracismo reclamó su papel dentro del equipo con una actuación meritoria ejerciendo de interior izquierdo.