Siete entrenadores en cuatro años engulló el banquillo del Deportivo hasta la llegada de Natxo González, con el que el equipo coruñés parece haber encontrado la ansiada estabilidad para construir un proyecto sólido no solo a corto plazo. Tras el descenso cambió la categoría y también los objetivos de un equipo acostumbrado en los últimos años a caminar peligrosamente sobre el alambre en la máxima categoría. Desde el despido de Fernando Vázquez en el verano de 2014, tras devolver al Dépor a Primera, otros seis técnicos diferentes desfilaron por el sillón de mando blanquiazul, convertido en una auténtica silla eléctrica para los entrenadores: Víctor Fernández, Víctor Sánchez, Gaizka Garitano, Pepe Mel, Cristóbal Parralo y Clarence Seedorf. De ellos, solo Sánchez del Amo logró completar una temporada entera, la 2015-16. Los cuatro que sucedieron al madrileño en el cargo -Gaizka, Mel, Cristóbal y Seedorf- dirigieron al Dépor menos jornadas que las 25 que ya acumula Natxo González.

"Si llevo esos partidos es porque el equipo ha hecho las cosas más o menos bien", razona el vitoriano, convencido de que en el fútbol actual "la estabilidad viene porque salen los resultados". La del pasado domingo en Granada fue su duodécima victoria de la temporada, un balance que se completa con diez empates y tres derrotas. En total, 46 puntos con los que el Deportivo es tercero en la tabla, a un solo punto de la zona de ascenso directo, que marca Osasuna, y a dos del líder Albacete. "Si llevo aquí 25 jornadas es porque los resultados más o menos han ido bien -recalca Natxo-. Si fuera décimo, estaría posiblemente en la calle, seguro".

Todo gira en torno a los resultados, lo que le faltó a Gaizka Garitano para reflejar en la clasificación los buenos partidos que el Dépor hizo bajo su mando en la temporada 2016-17. Tuvo mala suerte el ahora técnico del Athletic Club de Bilbao, al que también le perjudicaron varios arbitrajes nefastos en su etapa al frente del conjunto coruñés. Aguantó 23 partidos, hasta su despido tras el 4-0 en Leganés. El Dépor tenía entonces 19 puntos. Su sucesor, Pepe Mel, reanimó al equipo en sus primeras semanas en el Dépor, pero luego la caída fue constante hasta sufrir mucho para acabar salvándose. En total, solo cuatro victorias en los quince encuentros que dirigió ese curso. Hubo dudas sobre su continuidad, muchas, pero el madrileño siguió al frente para iniciar la pasada campaña. El equipo no acabó de arrancar y, tras caer en Riazor ante el Girona en la novena jornada (1-2), Mel fue destituido. Aguantó 24 encuentros en dos temporadas sucesivas.

No mejoraron los resultados ni con Cristóbal Parralo, al frente 13 partidos, ni tampoco con Clarence Seedorf, la apuesta desesperada para las últimas 16 citas Clarence Seedorf, así que el desastre del descenso se consumó de forma matemática a falta todavía de tres jornadas para el final. Una semana después, el 7 de mayo de 2018, el club confirmaba la llegada de Carmelo del Pozo para hacerse cargo de la dirección deportiva y diseñar el nuevo Dépor de Segunda. Plenos poderes para el segoviano, que construyó una obra de autor empezando por lo más importante, el entrenador, con una apuesta decidida por Natxo González, capaz hasta ahora de apagar la silla eléctrica en el banquillo del Deportivo.