Ni en el césped ni en los despachos. La desestimación por parte de la Comité de Competición de las alegaciones presentadas por los servicios jurídicos a los dos partidos de sanción a Nahuel Leiva por la roja vista en Granada supone una muesca más en la culata de reveses que se ha llevado esta temporada el club coruñés cada vez que acude a la instancias disciplinarias de la Federación. Y no son las primeras que desoyen. Donde hace meses o semanas les tocó quedarse como estaban a Quique, Borja Valle, Saúl o Pablo Marí, ahora es el argentino, recién llegado del Olympiacos, el que ve como no atienden las razones esgrimidas por la entidad para dejar sin efecto una tarjeta que fue mostrada sobre la hora y que levantó ampollas entre la afición por la provocación y la exageración del nazarí Víctor Díaz en la acción.

El Dépor hizo ayer público que presentará un nuevo recurso, en este caso ante el Comité de Apelación, aunque por ahora nada ha cambiado y los precedentes no invitan al optimismo. Un historial negro, a pesar de que los hombres de Natxo son los segundos que menos faltas cometen en toda Segunda (343, solo por debajo del Cádiz con 330) y, junto al Nàstic, los que más veces se han quedado en inferioridad numérica merced a las siete rojas con las que han sido castigados. Mínimas infracciones, máximo castigo. El Zaragoza, el Tenerife, el Rayo Majadahonda y el Sporting solo han visto una.

El primero que sufrió esta sordera de los comités fue Quique, al que en plena remontada al Málaga en un Riazor en ebullición el colegiado Díaz de Mera decidió mandar de manera anticipada a los vestuarios por realizar una chilena dentro del área e impactar con su bota en la cara del malacitano Luis Hernández cuando el vallisoletano ni siquiera era consciente de la presencia del defensa rival. Natxo calificó la acción del juez de "error grave", mientras el trencilla justificaba en el acta su sentencia al ariete aludiendo a que lo había expulsado por "dar una patada en la cabeza a un adversario, con uso de fuerza excesiva, en la disputa del balón". Hubo recurso, ya sin mucha esperanza, y nada de suerte. Quique vivió el duelo ante el Elche desde la grada.

De A Coruña a Córdoba. El siguiente escenario en el que el Dépor se sintió maltratado fue el Nuevo Arcángel. Pablo Marí, Borja Valle y Natxo vieron como fueron invitados por el colegiado Ais Reig a abandonar el terreno de juego andaluz. Álex vio en él una actitud chulesca. El mayor roce se produjo con el delantero, al que el colegiado en el acta acusó de llamarlo "sinvergüenza de mierda" durante el encuentro, algo que el berciano negó en sus redes sociales que se produjese en esos términos. La sanción fue de cuatro partidos. El club, comedido y analizando las pruebas videográficas, solo recurrió la segunda amonestación al central que había sido echado por doble amarilla. No fructificó.

Un mes y medio después fue Saúl el expulsado frente al Numancia. El club reclamó a los comités de Competición y Apelación e incluso en esta última instancia los responsables de tomar la decisión consideraron "razonable albergar dudas", aunque no apreciaron "un error material" que contradijese "la presunción de veracidad del acta". Esta vez tampoco.

Precedente Krohn-Dehli.

Hay un punto de unión entre la expulsión de Nahuel y el primer incidente de esta temporada del Dépor con los árbitros que tuvo como protagonista a Krohn-Dehli: Pizarro Gómez. El colegiado que hace unos días expulsó al argentino, según el acta, por "golpear a un adversario a la altura del cuello no estando el balón en juego", tomó la misma decisión disciplinaria con el danés allá por el mes de agosto en Albacete, aunque en ese caso por decirle que era "muy malo". Unas semanas más tarde el '14' veía una nueva tarjeta roja en Alcorcón, la segunda en sus siete años en España, todas en el Deportivo.