El Deportivo disputará mañana ante Las Palmas el segundo de los tres partidos del mes de marzo en Riazor. Lo hará rodeado de la incertidumbre que han despertado los últimos resultados como local y con la incógnita por la respuesta de grada. El club se ha esforzado para que el estadio mejorase su imagen en estos tres partidos consecutivos como local después de comprobar que el ambiente había decaído con respecto a los últimos cursos en Primera División y, sobre todo, en comparación con los de las últimas temporadas en Segunda.

Si en las dos últimas campañas en la categoría de plata la asistencia media a Riazor superaba con creces los 20.000 espectadores, en la presente apenas alcanza los 17.000. En los catorce partidos del campeonato disputados hasta la fecha en el estadio deportivista, el promedio de la entrada es de 16.646, lejos de los más de 23.000 abonados que posee el club.

Solo en un encuentro se ha conseguido sobrepasar la barrera de los 20.000 espectadores. Fue ante el Lugo el Día de Reyes. En aquella ocasión la cifra de asistencia fue de 21.687 personas.

Los partidos ante Oviedo (18.862), Málaga (18.362) y Tenerife (18.188) han sido los siguientes que más público han congregado en Riazor en una temporada marcada por las obras en la cubierta. No fue hasta la visita del Reus, quinto partido del curso en el estadio, cuando desaparecieron las grúas y los andamios. Con ello se acabaron también las reubicaciones de abonados, pero las cifras de asistencia no experimentaron un ascenso pronunciado.

El club lo ha buscado para estos tres partidos consecutivos en Riazor con una oferta de entradas y una campaña para que los socios acudieran al estadio. Ante el Alcorcón no se dejó notar por un horario poco atractivo y que se saldó con un nuevo tropiezo.

Los jugadores buscarán ahora enmendarlo y de paso congraciarse con la grada en un escenario en el que han perdido confianza. "En casa no se pueden dejar escapar esos puntos. Hay que tener tranquilidad y mejorar lo que hemos hecho en las últimas semanas en casa. Es extraño, parece que fuera en las ultimas semanas jugamos más tranquilos que en casa", apuntó ayer David Simón.