El Fabril volvió a sufrir una dolorosa derrota, en este caso frente al Rápido de Bouzas, ante el que sucumbió en el tiempo añadido y lo hunde un poco más en el fondo de la clasificación de Segunda División B, con el descenso ya casi confirmado, aunque los números no lo atestigüen todavía.

El Rápido de Bouzas, que también lucha para salir de los puestos que condenan a Tercera División, volvió a dejar un mensaje a los que lo daban por muerto, y la victoria de ayer ante los mantiene con vida en las últimas ocho jornadas del campeonato liguero. Nadie duda de que la tarea es tremendamente complicada, pero lo que nadie puede negar es que este equipo luchará hasta la extenuación por lograr algo que durante casi toda la temporada parecía un sueño.

Boucenses y coruñeses se jugaban ayer la vida en el Baltasar Pujales. El que perdiera sufriría un duro golpe en el sueño de la permanencia, mientras que una igualada perjudicaría a los dos equipos, a pesar de los resultados de la mañana que, sin lugar a dudas, beneficiaba a los vigueses, caso de lograr la victoria.

La situación quedó plasmada en los primeros cuarenta y cinco minutos de juego. El Rápido jugó con carácter, presionando al rival y recuperando numerosos balones para salir con velocidad a la contra. El equipo entrenado por Michel Alonso tiene muy claro a lo que hay que jugar, y de haber tenido un poco más de acierto de cara al marco rival, podría haber llegado al descenso con el encuentro sentenciado. Tan mal jugó el Fabril en los primeros cuarenta y cinco minutos, que Luisito no dudo en hacer el primer cambio pasada la primera media hora de juego.

El Rápido estaba cómodo con el desarrollo del encuentro, aunque preocupado por la falta del gol. Las mejores opciones eran las jugadas a balón parado, sobre todo las ejecutadas por Mouriño, que llevaban mucho peligro. Así llegó el primer gol del Rápido, muy cerca de la primera media hora de juego, cuando Mouriño saca una nueva falta y Youssef remata perfecto de cabeza haciendo inútil la estirada de Álex Cobo.

Luisito introdujo un nuevo cambio tras el paso por el vestuario.La entrada de Sebastien le dio al equipo herculino un aire nuevo, y las tornas cambiaron. El Fabril dio un paso al frente y trataron de meter a los aurinegros en su área, aunque también es cierto que las contras llevaban mucho peligro. Javi Sánchez continuaba siendo una pesadilla para Abeledo, que era incapaz de frenarlo. Y llegó el empate.

El partido caminaba hacia un empate final que no era bueno, pero los aurinegros no arrojaron la toalla, y en el tiempo de descuento Youssef hizo el segundo gol. Quedan ocho finales en las que el Rápido está preparado para intentarlo y el Fabril, resignarse.