"Soy vasca, pero desde los cuatro años pasaba tres meses cada verano en Bandoxa (Oza dos Ríos). Estaba siempre con mi perro y con mi pelota jugando". Ya solo con decir su nombre, Ainize Barea, Peke (Arrigoriaga, 1992) no puede esconder sus orígenes. Pero cuando el Dépor llamó a su puerta en 2017, no todo era nuevo para ella. Acababa de dejar el Santa Teresa de la Liga Iberdrola por un proyecto de Segunda, que apostaba fuerte y al que le unía un hilo olvidado. "Mi abuela se casó con una persona que era de aquí. Yo era un poco la niña de sus ojos y él era muy del Dépor. A mí me tiraban el Athletic y el Real Madrid y él siempre me insistía mucho en que tenía que ser deportivista. Le guardo cariño desde entonces al equipo", recuerda antes de improvisar una dedicatoria. "Ahora él no está, pero si me pudiese ver con esta camiseta y con todo lo que estamos consiguiendo le haría una ilusión increíble. Si subimos, también será para él", confiesa contextualizando, de paso, sus orígenes. La semilla blanquiazul acabó germinando unos años más tarde.

Para que llegue ese tan ansiado ascenso que persigue el Dépor Abanca, el equipo de Manu Sánchez necesitará muchos goles y, precisamente, instinto realizador es lo que le sobra a Peke. 27 tantos ha logrado en esta liga, según los datos del club, con una explosión final que le ha llevado a lograr 13 en los últimos cinco duelos, dos en Sárdoma. "Soy delantera, aunque a veces tengo que jugar en una banda. Siempre he hecho goles, aunque ahora es algo secundario". Para ella y para sus compañeras, lo primordial es el ascenso. Ya clasificadas para el play off, aún celebran la alegría del domingo. Por el esfuerzo, por lo sufrido: "Estamos contentas. El palo de hace un año con el Oviedo fue duro. Esta vez sí lo conseguimos, nos obligó a hacer una liga perfecta. Queremos más". La ambición es plantarse en Primera, antes deben superar a rivales que ahora sí estarán a su nivel. Es inevitable que la cabeza vuele, que haga cábalas; cada una tiene sus preferencias. "Es imposible no pensar, ya solo por la ilusión. Me gustaría jugar cerca de casa, en este caso ante el Alavés y evitar el Santa Teresa (su ex equipo) por la experiencia que tienen".

En un momento de gestos y explosión del fútbol femenino, el nombre de Riazor ha salido a relucir como sede para los encuentros del Dépor en esta fase definitiva. Peke se decanta por la seguridad que le ofrece su casa de cada quince días: "Prefiero jugarla en Abegondo e intentar llenarlo que ir a Riazor y sentirlo vacío. Ojalá tengamos tiempo de jugar muchos partidos de Primera en el estadio". De la Liga Iberdrola le llegó una importante oferta hace unos meses y apostó por renovar hasta 2020: "Me quiso el Athletic, pero decidí quedarme. Estoy muy cómoda, me gusta jugar cada domingo y aquí lo hago y, además, soy de las que tengo contrato profesional". El Deportivo Abanca quiere ser de Primera y Peke también, pero de blanquiazul.