Natxo González no tira la toalla pese a la "delicada" situación del Deportivo. Reconoce que el equipo ha tocado fondo pero se muestra con fuerzas para seguir al mando. Preguntado sobre si el de ayer pudo haber sido su último encuentro en el banquillo blanquiazulblanquiazul, prefirió no entrar a valorar esa posibilidad. "De mi futuro no hablo. Estaré trabajando aquí al máximo hasta que pueda, y ya está. No puedo decir más", contestó el vitoriano, satisfecho por el esfuerzo pero no por el juego. "No voy a ocultar la realidad. He felicitado a los jugadores por la actitud, por el querer, pero es el querer y no poder. Es la verdad y no se puede ocultar. Lo habéis visto todos. No voy a vender ninguna moto. No soy de hielo, soy persona. Cuando tu equipo muestra lo que ha mostrado hoy „por ayer„ obviamente hay decepción y eso conlleva que la gente esté enfadada, como no puede ser de otra manera, asumiendo que soy el máximo responsable y que en estos momentos tengo que soportar un poquito a nivel personal lo que se viene encima".

"Rendirse, nunca. Lógicamente ahora iré a casa, me derrumbaré y me pegaré cabezazos con las paredes, pero mañana si dios quiere volverá a amanecer. Rendirme no va conmigo. Hay dos caminos, abandonar o ser fuerte. Cabeza arriba, aguantar, porque son momentos delicados, pero aurrera, adelante", añadió.