El coruñés Manuel Mosquera ha revitalizado al Extremadura en mes y medio. No dudó cuando le llamaron de Almendralejo. Dejó el Deportivo, en cuya secretaría técnica se encargaba del seguimiento de los cedidos, filiales y ligas extranjeras, para regresar al otro club de su vida, el mismo al que emigró en 1991 desde el Dépor para acumular 475 partidos y 110 goles hasta convertirse en todo un mito para la afición azulgrana. Allí celebró un ascenso a Segunda y dos a Primera. Ahora, como técnico, va camino de conducir al Extremadura a otro gran objetivo: la permanencia en la categoría de plata. El domingo regresa a Riazor para reencontrarse con el Dépor en un partido que, confiesa, le resultará "extraño y especial".

En la primera vuelta usted trabajaba para el Deportivo cuando ganó en Almendralejo. Ahora es el técnico del Extremadura para lo que resta de temporada y otras dos.

Así es el fútbol y la vida. Uno nunca sabe dónde puede estar y cómo pueden venir las cosas y las decisiones. Yo estoy feliz y satisfecho, y eso es lo más importante. Vamos a un campo que no hace falta decir el cariño que le tengo al Dépor y el trato que he recibido siempre ahí, pero estamos en otra faceta. Estoy encantado de ir allí y poder saludar a la gente, pero vamos a lo que vamos, claro.

¿Qué supone para usted volver a Riazor?

Como he ido como futbolista del Compos y del Extremadura, la faceta de ir a Riazor como exjugador ya está un poco asumida. Ahora, será un poco extraño verme de entrenador en el banquillo porque hasta hace tres años realmente estaba en ese banquillo jugando un play off con el Fabril. Es una sensación rara porque hace dos meses yo estaba trabajando en el Dépor. Más allá de eso, lo afronto con naturalidad, porque es el siguiente equipo que nos toca. Intento verlo de la forma más natural y normal posible, pero sí es verdad que es un poco especial y extraño al mismo tiempo. Es casi más extraño que especial. Verme en el lado contrario, en el banquillo, contra el Dépor y en Segunda, parece mentira que esté ocurriendo, pero estoy satisfecho, a gusto, e ir allí también es especial.

¿Pensaba que le iba a salir todo tan bien cuando se hizo cargo del equipo?

Siempre espero eso. Siempre que tomo una decisión la tomo para mejorar, para hacer las cosas bien y para que todo vaya bien. No me planteo que el reto es muy difícil o imposible. No. Creo que es una buena oportunidad para mí venir al Extremadura y a partir de ahí trabajamos todo, el aspecto del campo y también el mental de todo el mundo.

Además de los resultados, ¿qué ha cambiado desde su llegada?

Como suele pasar, cuando llegas a un equipo en el que los resultados son malos notas que la autoestima es baja y la falta de confianza es visualmente clara. Como llegas con energía y fuerza, intentas que vean que no todo es tan complicado como parece. Después, siempre te tienen que ayudar las sensaciones y los resultados. Hemos ido construyendo en base a confianza y refuerzos positivos, y nos han ido acompañando los resultados. Dije desde el principio que tenía un gran equipo y es que creo que tengo un gran equipo, en todos los sentidos. Básicamente está saliendo bien porque los jugadores están en un momento muy alto, muy confiados, con muchas ganas y están poniendo lo que tenían dentro, que ya lo tenían antes de venir yo.

Después de ganar el pasado sábado en un campo como La Rosaleda, ¿se afronta de otra manera la visita a Riazor?

Se afronta de otra manera porque todo lo que veníamos haciendo muy bien resulta que, aun encima, lo encontramos en el resultado. En Málaga se junta todo. El refuerzo es tremendo, por las sensaciones y el resultado. Eso yo creo que ya nos convence del todo de que podemos ganar en cualquier sitio. Pero nosotros tenemos que seguir con el pie en el acelerador. Para nosotros A Coruña es otro sitio para ganar y sacar tres puntos.

¿El empate no sería bueno?

No. La única visión que tengo es ir a por los tres puntos. Es que no lo puedo ver de otra forma. Tenemos equipo, tenemos capacidad y tenemos mentalidad, lo tenemos todo para ganar en A Coruña. Pero ahora hay que añadirle el rival, cómo está el Dépor, los jugadores y el nivel que tiene. Somos un equipo ambicioso y queremos ganar allí.

¿Le hubiera gustado regresar a Riazor con el Dépor en otra situación?

Yo no valoro eso. Realmente, es meterme donde no me llaman. La competición pone a los equipos donde los pone y les dice cómo están. Yo creo que hay mucho tiempo para todos los equipos, para todos los objetivos, pero yo no me centro en el Deportivo, en cómo está, porque realmente no me puedo meter ahí. Bastante trabajo tengo aquí. A partir de este partido le deseo lo mejor y creo que hay mucho tiempo para conseguir las cosas.

En la situación en la que está el Dépor y jugando en Riazor, ¿le preocupa especialmente el arranque, que salga en tromba?

Del Dépor tienes que estar preocupado por todo, porque tiene un equipazo, muy compensado, que ha demostrado durante la competición que puso una marcha que era difícil seguir. Además, es un histórico y Riazor es un campo en el que la comunión con la gente ha sacado al Dépor de muchas cosas. Nosotros tenemos todas las alertas puestas en el Deportivo porque para nosotros es un equipo muy muy muy bueno, sino el mejor de la categoría. Eso lo tengo muy claro. Yo me espero al mejor Dépor.

¿Más imprevisible por el poco tiempo que lleva José Luis Martí al frente?

No es fácil para mí evaluar al Deportivo ahora. Tengo menos elementos de juicio, solo el partido de Pamplona. Yo tenía bastante reconocido al Dépor de Natxo, un muy buen equipo, pero Martí a lo mejor esta semana ya introduce claves nuevas y más cosas de su método.