Lejos de frenar la caída libre en la que se encuentra inmerso desde hace dos meses y medio, el Deportivo amenaza cada semana con despeñarse definitivamente y enterrar por completo las ya pocas opciones que posee de salvar una temporada que va camino del hundimiento. La derrota del domingo contra el Extremadura en Riazor no hizo más que profundizar en los problemas que martirizan a los blanquiazules desde comienzos de año y que les han llevado a firmar una de las peores rachas del club en Segunda División en toda su historia. Para encontrar una dinámica negativa semejante hay que remontarse a las páginas más negras del equipo en la categoría.

Dinámica depresiva. Sin contar el triunfo que tenía garantizado del partido suspendido contra el Reus, el Deportivo sumó el domingo ante el Extremadura su noveno partido seguido sin ganar. Hace tres décadas que el conjunto blanquiazul no atravesaba una sequía de victorias así y representa ya su segunda peor racha en Segunda, solo por detrás de la temporada 1987-88. En aquel curso, el conjunto blanquiazul encadenó 17 jornadas sin ganar que a punto estuvieron de llevarlo a Segunda División B de no ser por el célebre tanto de Vicente al Racing de Santander en la última jornada del campeonato. El pobre registro actual ya ha superado a las ocho jornadas que encadenó sin victorias en las temporadas 1977-78 y 1981-82, y a las siete de la 1989-90.

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El Dépor trabaja tras caer en Riazor ante el Extremadura

Retroceso en la clasificación. El tropiezo ante el Extremadura selló además la tercera derrota consecutiva del equipo. En los tres últimos cursos de los blanquiazules en Segunda (1990-91, 2011-12 y 2013-14) no había atravesado una racha como la que ahora ha condenado al equipo a tener que pelear por una plaza en el play off comprometida y que ya se ve a cuatro puntos de distancia. A esas dinámicas negativas hay que sumar la que padece en su propio estadio. El Deportivo, intratable como local en el primer tramo de la temporada, lleva siete partidos sin ofrecerle un triunfo a sus aficionados. Desde que se impusiera al Albacete en el encuentro que inauguró la segunda vuelta del campeonato ha cosechado cuatro empates y tres derrotas. El hartazgo en la grada es palpable desde hace semanas hacia un equipo al que el relevo en el banquillo no ha revitalizado.

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El Dépor trabaja tras caer en Riazor ante el Extremadura

Un equipo tieso de fútbol y deprimido. La llegada de Martí no ha servido para corregir la deriva en la que se había instalado el equipo con Natxo González. El juego sigue siendo igual de pobre y la sensación de debilidad que trasladan los jugadores es también muy parecida. La búsqueda de soluciones le llevó al nuevo técnico deportivista a improvisar contra el Extremadura una alineación que se reveló incapaz. Apostó por el manejo de la pelota con Vítor Silva en la mediapunta, pero para protegerse colocó a Didier Moreno en el centro del campo. El resultado fue el acostumbrado en las jornadas más recientes: un equipo incapaz de iniciar las jugadas y de darles continuidad.