Todos los logros de Tino Fernández al frente del Deportivo se queda en nada por una sola cosa: por el fracaso en el aspecto deportivo Tino Fernández Deportivo . No cuentan sus logros, principalmente en el apartado económico; no cuenta la profesionalización de la entidad en diversas áreas a lo largo de estos cinco años y medio; no cuenta el avance que consiguió en el aspecto social durante este periodo. Solo cuenta el regreso a Segunda por tercer año en ocho temporadas y que el equipo está muy lejos de su objetivo principal, que es el ascenso. Al final lo que cuenta es que el Deportivo va camino de la premonición que realizó Víctor Fernández en diciembre de 2014: "Hay un ambiente de autodestrucción que yo nunca he visto en un club. No sé a dónde nos va a llevar, pero seguro que a nada bueno", había señalado el entrenador aragonés, el primero elegido por este consejo para afrontar el año de regreso a la elite.

Esa es la gran deuda de Fernández Pico, quizás la única en sus años al frente del Deportivo, un club de fútbol en el que de poco vale tener los números en azul; de poco vale pagar a los acreedores; de poco vale que los empleados, futbolistas incluidos, cobren puntualmente cada mes porque al final lo único que cuenta es que la pelota entre o no. Se estrenó Fernández Pico en la presidencia con un ascenso, el segundo de forma consecutiva, tras haber descendido también por segunda vez de forma seguida en tres años, con Fernando Vázquez al frente del equipo; después logró dos permanencias sobre la bocina, un alivio para la economía del club, hasta que en junio pasado consumó el tercer descenso a segunda división, la tercera vez desde el 2011.

Llegó Tino Fernández en pleno concurso de acreedores, con el Deportivo soportando la ley concursal más elevada de un club de fútbol español con 162 millones de euros y con una quita del 33%. Algo más de cinco años después, liquidó más de la mitad de esa deuda, aunque todavía tiene pendiente de abono alrededor de 82 millones. El principal escollo era liquidar la deuda con Hacienda, y lo consiguió tras un préstamo con Abanca; aunque antes había conseguir firmar (marzo de 2014) un Acuerdo Singular con la Agencia Tributaria. Ahora tiene que abonar alrededor de 82 millones de euros de la deuda ordinaria, aunque tiene de plazo hasta 2032 y quedaría la deuda subordinada, unos 11 millones de euros, que empezará a pagar tras liquidar la ordinaria y dispondrá de otros 17 años más. Al tiempo que solventaba los problemas financieros tan serios que tenía el Deportivo, el consejo de administración profesionalizó todas las áreas del club, sobre todo en el aspecto administrativo.

Esa misma idea quiso trasladarla al terreno deportivo, pero los resultados ya no son producto da la razón tan solo, llegan como consecuencia de diversas circunstancias. Lo recordó hace unos días Gaizka Garitano, entrenador del Athletic Club de Bilbao y máximo responsable de la primera plantilla deportivista (2016-17) , hace unos días cuando fue consultado por el VAR. El vasco recordó su época como técnico blanquiazul y dijo que de haber existido este mecanismo su equipo habría contado con unos "cinco o seis puntos más" y se mantendría en el cargo. Su experiencia es la prueba más palpable del daño que puede hacer que el balón entre o no entre en la portería adversaria.

Garitano fue otra víctima más de este consejo de administración, de un equipo que avanzaba a pasos de gigante e todas las áreas que afectaba a la entidad, menos en la que más se ve y en la que más importa, la consolidación deportiva. Todo empezó con la destitución de Fernando Vázquez en la pretemporada de 2014-15. Víctor Fernández, el elegido para iniciar ese curso, no llegó al final y fue sustituido por Víctor Sánchez del Amo. El exfutbolista blanquiazul logró la salvación y estar al frente del equipo en la campaña siguiente, en la que también alcanzó la meta, pero el club decidió no seguir con él. Llegó Garitano; y Pepe Mel para relevarlo. También se salvó el Deportivo. Y empezó al año siguiente; solo empezó. Cristóbal Parralo fue su sustituto y Clarence Seedorff el extécnico del Fabril. Muchos cambios y descenso final. Esta dinámica se mantuvo en el curso actual, con la destitución de Natxo González, el entrenador que inició la temporada, y la llegada de José Luis Martí para encarar las últimas nueve jornadas. Esto es lo que figura en el debe de Tino Fernández y de sus consejeros durante estos cinco años y medio como presidente. Todo lo demás permanecerá en el haberTino Fernández, eso que solo los nuevos valorarán en su momento.