Le toca al Dépor recomponerse a contrarreloj. Lleva meses e incluso años intentando construir y nada arraiga en su parcela deportiva y por extensión, en la institucional. Ahora se encuentra, apurado y en pleno barro, buscando salvar los muebles y, de paso, soñar a partir del play off. Todo, en el medio de un proceso electoral que produce cierto punto de indigestión y que a la vez ofrece la oportunidad de coser heridas, de mirar al futuro. Mientras todo vaya mejor en el césped, más natural se sucederá todo en esa elección de miembros del Consejo de Administración del próximo día 28 de mayo y en el cortejo previo a los accionistas. En ese sentido, la victoria ante el Numancia ha dado vigor a la teoría de los vasos comunicantes. Sin obviar una crispación latente, los últimos días ya se viven de otra forma entre el deportivismo. Asoman candidatos, se tantean apoyos... Lo normal en un cambio de guardia pero sin vivirlo entre el fuego cruzado. El problema es que a este Dépor anémico aún se le percibe débil y todo se contagia. Tiene mérito su triunfo en Soria y su potencial es indiscutible. La mejoría no está afianzada y, en realidad, tampoco le queda mucho tiempo en sus variados frentes. Inestable. Y en su estado, si hay un terremoto sobre el césped, las réplicas suelen ser incontrolables entre la masa social. Este es el inflamable contexto para un club al que le espera un atracón en un mes decisivo. ¿Estará preparado a todos los niveles?.

Martí completó en Los Pajaritos el primer formateo al equipo tras unas primeras semanas algo titubeantes. Nadie duda de que le quedará por realizar algún otro para que la máquina arranque de verdad. Así se pudo ver en Soria a un conjunto aún errático y con muchas debilidades mentales, pero con toda la artillería en el once y una clara querencia por ir al intercambio, por hacer daño con espacios. Nada de control, de cargarlo todo al juego interior, de pases intrascendentes. No se librará de tener que dominar varios registros en su fútbol, pero la carta de presentación ideada por Martí es y va a ser otra. Vertical. Todo, con el aderezo de Carlos Fernández. Sin él nada liga, sin su mezcla en ataque, este Deportivo no se presenta unido y armónico sobre el terreno de juego. La dependencia es manifiesta, nadie está a su nivel ni ofrece lo que él aporta. Diferencial. Solo queda rezar ante cada parte médico de los martes.

Quien también busca ser el que una, el que lo ligue todo, dados sus lazos con Tino Fernández y Lendoiro, es el primer candidato, Jesús Martínez Loira, una persona ya con peso dentro del propio club. Serán los accionistas los que decidan si es el adecuado y si es realmente lo que necesita el Deportivo. A bote pronto, su primer mensaje es irrebatible: unidad. Es lo que necesita desde hace tiempo esta entidad con un enorme potencial. Si la hubiese tenido, quizás habría podido atenuar o corregir tanta inestabilidad sobre el terreno de juego y en los banquillos en los últimos años. Un poco más de calma sin que el pasado fuese una losa, sin atender al ruido de los nostálgicos ni a las voces de mando de los que llevan décadas queriendo que el Dépor se una a su colección de juguetes. Otro entorno. El Deportivo es un club de todos, no debe dejar de serlo. Y, sin duda, necesita cambiar, una vuelta de tuerca deportiva; también limpiar el viciado aire de lo que le rodea. Eso sí, tampoco hay que arrasar con todo. Se ha cambiado mucho y para bien dentro del propio club en estos últimos cinco años y esa senda tampoco debe extraviarse. Un golpe de timón con un punto de equilibrio. En menos de un mes habrá nuevo presidente, ojalá que él y todo el deportivismo puedan seguir ilusionándose entonces con el regreso a Primera División.

Día de reconocimiento

Las que llevan casi tres años macerando su triunfo son las chicas de Manu Sánchez, aún les queda para disfrutarlo. El pasado domingo dieron un firme primer paso ganando 0-1 al Alhama con un gol de Maya, una de las veteranas. El segundo pie al frente, el domingo en el medio de algo que ya se han ganado: una fiesta. Abegondo se llenará, la Federación de Peñas prepara actividades paralelas en los aledaños de la ciudad deportiva. El ambiente será magnífico, hay ganas entre el deportivismo. Es, ante todo, un reconocimiento, ya anterior al premio mayor del ascenso. Un cariño por lo que hacen, por lo que representan, por ser en muchos sentidos el bastión deportivo del club, una guía ante los rumbos erráticos que pululan a su alrededor. Al Dépor Abanca todavía le quedan algunas batallas por librar para hacerse un hueco en la Liga Iberdrola, pero mientras tanto, hay que pelearlas, degustarlas y ganarlas. El presente y el futuro son suyos.