Por aplastamiento. El Dépor Abanca entra por la puerta grande en la Liga Iberdrola después de golear en la vuelta de la final al Femarguín (1-4) y sumar el pleno de victorias en el fase de ascenso. Su superioridad en la liga regular y en las eliminatorias ha sido tan manifiesta que, visto a toro pasado, el ascenso se hacía inevitable, algo que tampoco le resta mérito al grupo de Manu Sánchez. El equipo ha sabido, además, redondear su concurso en esta fase eligiendo los momentos adecuados para marcar y hacer aún más daño a su rival, un juguete roto en sus manos. Goleó en el inicio y al final del partido en la ida y esta mañana golpeó sin misericordia a las canarias en los primeros minutos de cada periodo. Un par de goles por tramo que allanaron el camino ante un Femarguín que se vio superado y ofuscado, anulado ante la innegable diferencia de ambos conjuntos. Su única arma fueron las jugadas a balón parado y así llegó el 1-2 que puso un mínimo de incertidumbre. Pronto el conjunto coruñés volvió a reinar en el encuentro para finiquitarlo tras el paso por los vestuarios.

Como gran parte de las victorias de esta temporada, se acabó cimentando en la contundencia de su pareja de ataque. Gaby sacó a pasear su superioridad física en el primer tanto, que precedió al regalo de las locales antes del minuto 10. Un 0-2 que le quitaba los nervios y hacía ver el sueño más cerca. El técnico local tiró de banquillo y cambió el esquema para buscar un imposible. Con sus rudimentarias armas, le funcionó, mientras la bulliciosa grada buscaba meterse en un partido en el que para el Femarguín había salido todo mal. Carla logró recortar, aunque el equipo coruñés en seguida quiso la pelota y pudo marcar antes del descanso.

Ya lo hizo tras pasar por el vestuario. Primero con un gol marca de la casa de Peke. Supo librarse de su defensora con una maniobra y habilitarse para un doble remate que acabó en final feliz. El Femarguín empezaba a dimitir. Ya lo haría del todo unos minutos después cuando la fortuna se alió con Gaby para hacer el definitivo 1-4 en un rechace. Tras esos dos golpes seguidos, las locales se dedicaron a dejar pasar el tiempo y a lamerse las heridas. Mientras, el Dépor disfrutaba en el campo y contemporizaba. Tampoco quería hacer sangre. La dupla Nuria-Michelle Romero, apuesta de Manu Sánchez para los últimos minutos, estuvo a punto de hacer el quinto. No fue necesario. El objetivo y la alegría ya estaban aquí. El Dépor Abanca, punta de lanza del fútbol gallego y heredero del exitoso e inolvidable Karbo de los años 80, ya está en Primera. Un triunfo cocinado a fuego lento que sabe como pocos.