Deportivo y Mallorca se vieron las caras en el partido que cerró la primera vuelta del campeonato. Desde entonces ambos equipos han seguido trayectorias opuestas. Cuando se encontraron en Son Moix a comienzos de año, el conjunto blanquiazul empezaba a insinuar el retroceso futbolístico que lo ha abocado a la situación límite en la que se encuentra en estos momentos, obligado a vencer a los baleares el lunes en Riazor para aspirar a un pleno de victorias en los tres compromisos que restan y clasificarse para el play off. Los deportivistas, que venían de perder en Cádiz y de empatar en casa contra el Lugo, sumaron una nueva derrota que anticipó lo que estaba por venir a pesar de que hubo un amago de reacción con las victorias ante Albacete y Sporting.

El Deportivo, después de ese tropiezo en Son Moix, acabó la primera vuelta en la cuarta posición. Tres puntos le separaban del ascenso directo, la misma ventaja que poseía sobre los baleares. A partir de entonces, sin embargo, los papeles se invirtieron. La deriva de los blanquiazules en la segunda vuelta del campeonato los ha colocado en una posición de desventaja con respecto al Mallorca, que a falta de tres jornadas contabiliza seis puntos más y ve con optimismo su presencia en la liguilla por el ascenso.

La segunda vuelta de los blanquiazules contrasta con la del conjunto que dirige Vicente Moreno, que ha sumado nueve puntos más para afianzarse entre los equipos de la zona noble de la clasificación. Su progresión ha ido paralela al descenso de los deportivistas desde las alturas de la tabla. Mientras que el Mallorca ha conseguido ganar diez partidos en este segundo tramo de la competición, los coruñeses se han quedado en seis.

La clave del rendimiento de uno y otro ha estado en sus resultados como local. Los baleares no han perdido en toda la segunda vuelta en su estadio (ocho victorias y un empate), al contrario que unos deportivistas que enterraron sus opciones de ascenso directo en Riazor. La única victoria tras superar el ecuador del campeonato fue contra el Albacete a finales del mes de enero. De eso hace ya cuatro meses y desde entonces la racha blanquiazul va camino de convertirse en la peor de su historia en la categoría.

Antes de recibir al Mallorca el lunes contabilizan ocho partidos seguidos sin ganar como locales y han igualado el peor registro del club, que data de la temporada 1987-88. En el caso de no conseguir una victoria frente a los baleares establecerán un nuevo hito negativo y tirarán prácticamente por la borda las opciones de disputar el play off de ascenso.

El Deportivo tendrá que superar esa debilidad que sufre como local desde comienzos de año para aspirar a firmar un pleno de victorias que también se le ha resistido toda la temporada. El conjunto de José Luis Martí está prácticamente obligado a ganar los tres partidos que quedan, una racha inédita para los blanquiazules este curso.

Para alcanzarlo deben imponerse primero a un Mallorca cuya debilidad está precisamente como visitante. Sus números a domicilio contrastan con los que tienen como local y en esta segunda vuelta han perdido cuatro de sus compromisos lejos de Son Moix. El ´último fue hace dos jornadas, en su visita a Tarragona, donde cosechó una sorprendente derrota contra un conjunto que tiene pocas opciones de esquivar el descenso de categoría.