José Luis Martí afrontará mañana su tercer partido en Riazor sin margen para otro tropiezo. Después de los fiascos que representaron la derrota contra el Extremadura y el empate contra el Cádiz de hace dos semanas, el entrenador deportivista está obligado a conseguir mañana contra el Mallorca una victoria que mantenga vivas las opciones de que el equipo se clasifique para disputar el play off de ascenso. No le vale otro resultado que no sea un triunfo que se le resiste desde hace ya cuatro meses en su estadio en la que también es la asignatura pendiente de Martí desde que sustituyera a Natxo González en el banquillo a mediados del pasado mes de abril.

Los dos encuentros del técnico balear en Riazor hasta el momento se han saldado con decepciones que no se podrá permitir mañana ante uno de los equipos en los que militó como jugador. En su estreno como local cayó de manera sorprendente contra el Extremadura, lo que precipitaría el adiós del consejo de administración, y hace dos jornadas cedió un empate decepcionante contra el Cádiz que le impidió afianzarse en las posiciones de promoción.

El tropiezo de la semana pasada en Lugo incrementa la urgencia por lograr la victoria que se le resiste en Riazor. La necesidad es doble: lograr los puntos que permitan alimentar las esperanzas de disputar el play off y al mismo tiempo frenar la racha que encadenan los deportivistas en su estadio desde finales de enero.

Porque si Martí aún no ha conseguido ganar como local, el conjunto blanquiazul encadena cuatro meses de sequía que le han llevado a la situación límite que encara ahora. La última victoria del equipo en Riazor fue contra el Albacete en el primer partido de la primera vuelta y desde entonces encadena ocho tropiezos (cinco empates y tres derrotas) que le han llevado a igualar su peor marca en la categoría. Si mañana no gana superará el registro de la temporada 1987-88.

José Luis Martí, sin embargo, tiene argumentos para el optimismo. El Mallorca, de los equipos con mejores números en esta segunda vuelta, disminuye su rendimiento lejos de Son Moix y a estas alturas suma cuatro derrotas a domicilio. El Deportivo, a pesar de que es de los peores conjuntos como local en la segunda vuelta, aspira a prolongar su buena dinámica ante los equipos de la parte alta de la tabla. No ha perdido con ninguno en Riazor y contabiliza victorias contra Granada, Osasuna y Albacete antes de recibir al conjunto balear.