La clasificación para el play off y con él la temporada se jugará esta noche el Deportivo ante el Mallorca en un partido sin vuelta atrás. No le vale otro resultado que no sea la victoria después del empate de ayer entre Granada y Cádiz que lo deja a tres puntos de los gaditanos, que siguen dependiendo de sí mismos para frustración de los blanquiazules.

El Deportivo llega sin capacidad de maniobra al partido. El propio conjunto coruñés se lo ha buscado después de enterrar durante los últimos meses todas sus opciones de ascenso directo y de comprometer de manera seria las que poseía de disputar el play off desde la llegada de José Luis Martí al banquillo.

La sensación es de que no habrá vuelta atrás si ante el Mallorca no logra una victoria y la razón no es otra que el discreto rendimiento en Riazor desde finales de enero. Ocho partidos sin ganar encadenan los deportivistas desde que se impusieran al Albacete en el primer partido de la segunda vuelta. Desde entonces, ocho partidos consecutivos sin ganar ante sus aficionados que lo han llevado a igualar su peor racha como local en la categoría.

Otro resbalón enterraría prácticamente sin remedio las posibilidades de jugar la liguilla por la última plaza en Primera División y al mismo tiempo establecería un nuevo registro negativo del equipo en su estadio. A esa flojera que padece en Riazor deberá sobreponerse de una vez por todas el conjunto de blanquiazul, aunque no parece que le vaya a servir la versión que ha mostrado en sus partidos más recientes.

No le valdrá la que se ha visto a domicilio, muy pobre a pesar de los triunfos en Soria y Zaragoza, ni mucho menos la que ha mostrado en los dos compromisos previos en Riazor con Martí al mando. Contra Extremadura y Cádiz el resultado fue un fiasco para un equipo sin un plan reconocible y en el que probablemente se mantenga esta noche el bloque de los últimos encuentros.

Martí volverá a apostar por un once parecido, pero está por ver si la propuesta es parecida. Contra el Mallorca necesitará leer mejor el partido de lo que hizo en Lugo, donde cayó en la trampa del rival. Los baleares, afianzados en el play off, jugarán con las urgencias de los deportivistas y esperarán su momento.