Íñigo López fue la gran novedad en el entrenamiento del Deportivo que José Luis Martí dirigió ayer en Abegondo antes de viajar a Alicante. Fue la primera sesión del riojano desde su detención el martes y posterior puesta en libertad el jueves bajo fianza de 75.000 euros en el marco de la Operación Oikos sobre el amaño de partidos. Una vez finalizado el entrenamiento, que Íñigo completó con total normalidad junto a sus compañeros, el club optó por proteger al futbolista, para lo cual cortó el paso a los periodistas para evitar que se acercaran a él cuando se dirigía a los vestuarios intercambiando impresiones con Pablo Marí.

El defensa tiene la obligación de personarse los días 1 y 15 de cada mes en dependencias judiciales o bien en comisaría, según estableció el titular del Juzgado de Instrucción 5 de Huesca, Ángel Manuel de Pedro Tomás. Con su regreso al trabajo en Abegondo el central trata de recuperar la normalidad después de una semana especialmente agitada para él, en la que pasó dos noches en los calabozos, una en A Coruña y otra en Zaragoza, antes de ser puesto en libertad bajo fianza.

Íñigo López está acusado de pertenencia a organización criminal como parte de una red que predeterminaba resultados de partidos para lucrarse en las apuestas, de corrupción entre particulares en su variante de competiciones deportivas, y de colaboración en estafa.

Sin Vítor, Dubarbier ni Mosquera

Además de Íñigo, se quedaron fuera de la lista de 19 para el partido de Elche Vítor Silva, Dubarbier y Mosquera, así como los lesionados Michael Krohn-Dehli y Quique González. El delantero, que se lesionó en el partido del pasado lunes frente al Mallorca, todavía no empezó a hacer tareas de readaptación sobre el césped. Su objetivo es recuperarse a tiempo para poder competir el sábado contra el Córdoba en Riazor.