Algo más de 29 anos transcurrieron desde que el Deportivo se encontró en una situación similar a la que se topará mañana y el sábado „y es de desear que se amplíe a la próxima semana„ para dar el salto a Primera División. Sucedió durante los días de un mes de junio de 1990 y en el camino se cruzó el Tenerife. Entonces era una sola eliminatoria y contra un equipo de la máxima categoría, que defendía la plaza. Al finalizar los dos partidos las lágrimas volvieron a Riazor como tantas veces había sucedido desde mitad de los setenta hasta principios de esos noventa.

Fue ese junio de 1990 un mes triste también para el Málaga, que perdió su plaza en Primera en favor del Espanyol, el otro equipo de Segunda que jugó la promoción. Vencieron los catalanes en Sarriá (1-0) y los malagueños obtuvieron igual resultado en la vuelta en La Rosaleda (1-0), pero los penaltis dieron el triunfo a los periquitos, que lograron el retorno a la máxima categoría

Aquella eliminatoria contra el tenerife había comenzado relativamente bien para los coruñeses, pues el conjunto de Arsenio Iglesias había empatado sin goles en la ida y todo se resolvería en Riazor, pero el técnico de Arteixo ya advertía al final del partido, en la sala de prensa del Heliodoro Rodríguez López: "Todo está por hacer". "El Tenerife que nos vamos encontrar en Riazor será muy distinto", había dicho el técnico deportivista. Y así fue. En la isla el cuadro coruñés salió con respeto, a "no dejarles jugar", había destacado el entrenador de Arteixo; en Riazor a los chicharreros les bastó un gol de Eduardo a los 13 minutos para garantizarse un año más en Primera. Un córner a la derecha de la portería de Fernando, en lo que hoy sería la grada de Pabellón, permitió al centrocampista del Tenerife cabecear y marcar después de que el balón golpease en el larguero.

Quedaba mucho, pero el Deportivo no supo jugar para remontar „tras ese tanto necesitaba hacer dos goles„ y además estaba escaso de efectivos en ataque. El brasileño Raudnei, goleador blanquiazul, no disputó la vuelta por acumulación de amonestaciones, y Stoyanoff, delantero búlgaro fichado en las últimas jornadas, jugó muy limitado a causa de una fractura de los huesos de la nariz. Un codazo de Manolo Hierro a escasos metros de Ramos Marcos, árbitro en Tenerife, había dejado al atacante fuera de la eliminatoria.

Una nueva decepción para una afición que volvía a soñar con volver a estar en la elite, de donde había salido en 1973. La primera gran oportunidad había pasado de largo en 1983 cuando un empate ante el Rayo Vallecano en Riazor bastaba para ascender (1-2); la segunda fue en 1987 cuando el Deportivo finalizó la liga regular en segunda posición, pero ese año había play offs, en plural. Los doce primeros se repartieron en dos grupos de seis equipos „ascendió el campeón de cada grupo el mejor segundo„ y los seis últimos compitieron por permanecer. El cuadro coruñés fue tercero y se quedó otra vez sin ascenso (fue el famoso año del penalti de Alvelo en Riazor). A la siguiente temporada estuvo a punto de producirse la debacle, fue la conocida por el gol de Vicente al Racing.

Y después llegó otro final de temporada convulso „la semifinal de Copa contra el Valladolid (1989)„ y aquel 12 de junio de 1990 contra el Tenerife también doloroso, una fecha que quedó en el olvido un año después cuando el Deportivo venció al Murcia (2-0) casi un año después, ese encuentro, el del meigallo, se disputó en Riazor el 9 de junio de 1991.