Los 24.267 aficionados que presenciaron en las gradas de Riazor el Deportivo-Málaga de anoche disfrutaron de un auténtico tobogán de sensaciones. Pese a la superioridad en la primera parte del conjunto andaluz, que se fue al descanso con ventaja en el marcador, la hinchada coruñesa nunca dejó de creer y siguió llevando en volandas al equipo blanquiazul hacia la remontada. Aficionados de todas las edades demostraron su carácter ejemplar arropando a los jugadores de José Luis Martí y, a la conclusión del encuentro, celebraron a lo grande una victoria que acerca al Deportivo a la eliminatoria definitiva por el ascenso, aunque antes deberá salir vivo de La Rosaleda, donde también habrá una representación de seguidores blanquiazules.