De tantos planes que mostró, al final no quedó muy claro cuál era realmente el que tenía ayer el Deportivo contra el Málaga en el duelo que abrió el telón del play off de ascenso. De entrada renunció a la pelota y a gobernar un partido al que llegaba con interrogantes, después no le quedó más remedio que dar un paso al frente y por último se vio superado en los momentos decisivos. Todo lo que hizo, al menos en la primera parte, fue a contracorriente, empujado por un rival que tampoco es que fuera ambicioso ayer en Riazor, consciente de que su mejor clasificación en la temporada le beneficiaba en caso de que la eliminatoria acabase en empate en una hipotética prórroga el sábado en La Rosaleda.

Le bastó con un Ontiveros inspirado en la primera parte, que ya es mucho, para inclinar a favor de su equipo el partido. Casi nada le sirvió al Deportivo contra el joven canterano del Málaga, que primero asistió a Luis Hernández y que luego marcó desde fuera del área con la colaboración de una defensa deportivista descolocada después de que Domingos Duarte fuera a presionar no se sabe muy bien a dónde. Lo que mejor le funcionó al conjunto de José Luis Martí fue el movimiento de su técnico tras el descanso.

Renunció el balear a su 4-4-2 fetiche para jugar con tres arriba. Carlos Fernández se quedó en solitario como referencia en la delantera y su lado, abiertos hacia las bandas, formaron Borja Valle y Fede Cartabia. El recurso táctico de Martí incluía a Pedro Sánchez como acompañante de Álex y Edu Expósito en el centro, como ayuda en el repliegue y a la vez como elemento sorpresa para asomarse por el área.

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El Dépor remonta y le gana 4-2 al Málaga

La variante no le podría haber funcionado mejor al técnico deportivista porque enseguida Pedro consiguió empatar el partido después de que el equipo encadenara minutos de dominio y de llegadas por las bandas. Asomaban continuamente tanto Borja como Cartabia ante el desconcierto del Málaga, sin respuesta desde el banquillo al movimiento de Martí. Víctor Sánchez del Amo vería como su exequipo le remontaba un partido que veía ganado, y con él la eliminatoria.

Al desconcierto visitante ayudó como nadie la participación de un Edu Expósito apagado en la primera parte. Ahí donde triunfó Víctor antes del descanso ahogando a la referencia blanquiazul en el centro del campo, naufragó después. Porque el mediocentro empezó a flotar en el terreno baldío que el Málaga no sabía tapar, preocupado por cerrar las vías de agua que se le abrían por los costados. Mandó Expósito y con él desapareció también el peligro de los andaluces, que ya solo se asomarían por el área deportivista a balón parado. La mejor fue para Ontiveros en una falta escorada que se estrelló en el palo cuando en el marcador lucía el 2-2. Aquello, lejos de amilanarlo, acabó de espolear al Deportivo, que ya había encontrado la fórmula. La pócima fue en este caso Martí.