El Deportivo viajará a Mallorca con dos goles de ventaja para disputar mañana el desenlace del play off de ascenso, una renta que abruma a los baleares y preocupa a los coruñeses. Al igual que ocurriera antes de visitar La Rosaleda la semana pasada, plantilla y cuerpo técnico se esfuerzan en recordar que la eliminatoria no está resuelta a pesar de la victoria del jueves en Riazor.

El empate, la derrota por la mínima e incluso por dos goles si son capaces de anotar en Son Moix mañana favorece a los blanquiazules gracias al 2-0 de la ida, que al mismo tiempo se apoyarán en su reciente solidez defensiva para amarrar el último billete a Primera División.

Cuatro victorias consecutivas en este tramo decisivo de la temporada han disparado el optimismo alrededor de una plantilla que sin embargo no se da por aludida cuando tan solo le falta un peldaño por subir para regresar a la máxima categoría. "Nosotros somos los que no tenemos que estar comprando globos ni serpentinas. Tenemos que jugar y dar lo mejor", reflexionó ayer Eneko Bóveda sobre las celebraciones que prepara la afición después del resultado del jueves.

La mejoría deportivista de las últimas semanas se ha materializado en una mayor seguridad defensiva que se presenta decisiva antes de visitar Son Moix. En cinco de los últimos seis partidos disputados por los blanquiazules ha mantenido la portería a cero, lo que le garantizaría el ascenso mañana contra el Mallorca. Solo el Málaga en el partido de ida de la primera eliminatoria del play off de ascenso consiguió anotar contra los deportivistas, que ahora viajan a Palma con el objetivo de mantener esa solidez. Mallorca, Elche y Córdoba se quedaron sin anotar frente al conjunto de Martí en los tres últimos compromisos de Liga, igual que el Málaga en la vuelta de la semifinal de la promoción y de nuevo el conjunto balear el jueves.

Dejar la portería imbatida mañana en Son Moix garantizaría el ascenso para los deportivistas, pero incluso recibidiendo algún gol podría superar la eliminatoria. Dos goles forzarían la prórroga, pero hay que remontarse casi tres meses para encontrar una derrota por esa diferencia. Fue a comienzos de abril contra el Rayo Majadahonda en Riazor en aquel partido que precipitó la destitución de Natxo González al frente de la plantilla.

A lo largo de la temporada tampoco hay muchas más derrotas de los deportivistas por una diferencia así. La peor fue ante el Cádiz a finales de diciembre. En aquella ocasión, el conjunto blanquizul se llevó tres goles del Ramón de Carranza en el que ha sido el tropiezo más abultado de todo el curso.

La fortaleza mostrada a lo largo de la temporada y especialmente en estos últimos compromisos será el recurso sobre el que se apoyará el equipo de Martí en el partido que marcará todo el año para los blanquiazules. La meta será que Dani Giménez se marche de Son Moix sin encajar un partido más para asegurar la presencia el año que viene del Deportivo en Primera División. "No rehuimos de meter el pie, no vamos a dejar de chocar, de ir a jugar, y debemos ser inteligentes a la hora de gestionar", reflexionó ayer Eneko Bóveda.