Al Deportivo le espera este verano una importante dieta de adelgazamiento para adaptarse a lo que supondrá jugar una temporada más en Segunda División. El presupuesto se reducirá significativamente y con ello la partida destinada al salario de la plantilla. De los 18,5 millones que el club tenía asignados este curso por la Liga como tope salarial, se pasará a aproximadamente la mitad dado que se perderá el grueso de la ayuda al descenso de la que se disfrutó este año para configurar el equipo.

A la dirección deportiva no le quedará más remedio que aligerar la partida destinada a los sueldos de los jugadores y lo más probable es que Carmelo del Pozo empiece por aquellos que conservaban unas mejores condiciones heredadas de los contratos que firmaron en Primera División.

En el Deportivo esta temporada casi un tercio de esa partida se marchó en un grupo reducido de jugadores llamados a liderar el proyecto y que sin embargo no fueron determinantes a lo largo de la temporada para alcanzar el objetivo.

Es el caso de aquellos que permanecieron en la plantilla a pesar del descenso de categoría para ser capitales y que han tenido un protagonismo residual. En esa situación se encuentran por ejemplo Michael Krohn-Dehli y Pedro Mosquera, pero también un Fede Cartabia que, aunque terminó siendo decisivo en el tramo final de la temporada, tuvo menos influencia de la esperada a lo largo del curso.

Por ahí tendrá que empezar el club a reducir la carga económica para adaptarse a la nueva realidad. En el caso de Krohn-Dehli lo tendrá sencillo porque el danés termina contrato, pero este curso contaba con una de las fichas más altas y se perdió más de la mitad del campeonato debido a una lesión en el tendón de Aquiles.

El de Mosquera será más complicado porque mantiene un vínculo con el club hasta 2021. El coruñés, llamado a ser una de las piezas determinantes, apenas ha disputado 15 partidos y algo más de 1.000 minutos. Su ficha también es de las más altas, igual que la de Fede Cartabia, que tan solo fue el jugador decisivo que esperaba el club en momentos muy determinados.

Retenerlos en las condiciones actuales se presenta complicado para la dirección deportiva, que tendrá que readaptar el proyecto. Capítulo aparte merecen las amortizaciones de los fichajes de cursos anteriores, que ya este año se llevaban un pellizco importante del tope salarial.