Vehemente, enérgico, exigente. Así es Juan Antonio Anquela y ya lo demuestra sobre el césped de Abegondo, como ayer, con encendidas arengas y muy encima de sus jugadores durante un ejercicio de posesión en busca de una presión rápida tras cada pérdida para recuperar lo antes posible la pelota. "¡Aprieto, aprieto y aprieto!". Fue la consigna más repetida. "¡En cuanto falle uno en un equipo, estamos muertos!", explicó el andaluz, estricto también al exigir movilidad con la que habilitar líneas de pase para desahogar a los compañeros. "¡Asómate al balcón. El balcón es apoyar siempre a los tuyos!", gritó. Tras el ejercicio, felicitó al grupo. Anquela en estado puro.