El deportivismo acaba de decir adiós a uno de los grandes guardametas de su historia, Juan Ignacio Otero. El coruñés, ya con 90 años, ha fallecido esta madrugada en la ciudad. Parrocho jugó en el primer equipo blanquiazul siete temporadas entre 1951 y 1958 siguiendo la estela e incluso compartiendo protagonismo bajo palos con un mito como Juan Acuña. Él, un portento físico, nadador consumado y un deportista total, fue fiel heredero de la gran escuela de porteros coruñeses que comenzó con Rodrigo, su gran mentor. Le reclutó, le llevó al Juvenil. Casualmente con él en el banquillo coruñés y 23 años después de su proeza en la Copa de la República de 1932, también vivió una de sus grandes tardes siendo protagonista y multiplicándose en la primera victoria del Dépor en Liga en el campo del Real Madrid. Fue un 31 de octubre de 1955 el día en el que con sus paradas hizo buenos los dos tantos de Pahiño. Los últimos años de su carrera los vivió en el Betis, al que se marchó tras pasar un año en Segunda con el Dépor, y en el Granada, donde compartió de nuevo vestuario con Arsenio. Durante toda su vida también estuvo muy ligado a Monte Alto, a San Amaro, al Club del Mar y al Orillamar. En los últimos años era habitual verle por la calle Faro cuando su salud se lo permitía. Cuando colgó los guantes y regresó a A Coruña también entrenó a los jóvenes guardametas de la cantera coruñesa.

Según informa el club, "el velatorio de Otero tendrá lugar desde las 13:30 horas de este sábado en el Tanatorio Servisa, donde mañana a las 10:30 horas se oficiará una misa".