Esquivo como pocos, Anquela lleva todo el verano rehuyendo definir al Dépor que quiere, qué propondrá y hoy su equipo ha hablado por él. Y lo ha hecho de manera casi inmejorable. Ganó, casi fue lo menos importante. Compitió, jugó bien, mostró hechuras y registros. Un equipo profundo, centrado. Eneko Bóveda y con la zurda fue el ejecutor elevando una actuación coral, que mostró a un verdadero conjunto, a pesar de la provisionalidad de la pretemporada. Todos van a una y cada uno sabe lo que debe hacer, con Gaku como faro con la pelota. Nadie, ni los canteranos, se achicaron ante un grupo que puede ser demoledor como el Betis. El Dépor de Anquela ha roto por fin a jugar en esta pretemporada.

Los temores ante un Dépor en construcción y la llegada de un trasatlántico como el Betis se disiparon casi de manera inmediata al inicio del duelo. Se disiparon en lo que tardó Koné en caracolear por la línea de fondo, exigir a la defensa bética y obtener un saque de esquina. Ni un minuto. Fue una muestra, era lo que venía. Los primeros 20 minutos blanquiazules fueron más que meritorios. Intenso y efectivo en la presión, no dejaba respirar al Betis ni relajarse a Joel. Los Borjas eran unas flechas, Koné un incordio, la batuta era de Gaku y Aketke y la intendencia, de Álex y la retaguardia.

Con todo extrañamente engrasado las ocasiones empezaron a caer como fruta madura. Koné, Borja Valle... El Dépor, vertical e intenso, mostró el colmillo, le faltó morder. El Betis buscaba aire, se mostraba sorprendido ante un amago de vendaval imprevisto. Hasta el ecuador del primer acto no pudo sentirse a gusto, no consiguió parecerse a sí mismo. Los Fekir, Carvalho, Canales y compañía estaban muy, muy a disgusto.

Y a la media hora se revolvieron lso verdiblancos con una ocasión para Pedraza, Emerson tuvo la suya minutos más tarde. El Betis fue haciéndose con la pelota, aunque al Dépor tampoco le incomodaba el nuevo guión. Sufría replegado, se remangaba. Somma mandaba, Lampro era un buen soldado, todos arrimaban el hombro. Y cuando le tocaba salir jugando en estático, ahí Gaku era capital. Ve el fútbol como pocos, es plástico. Buenos minutos en diferentes registros. El Dépor no es escondía, jugaba con sus armas, que de momento parecen muchas.

El Betis salió tras el descanso con la intención de demostrar quién era el equipo de Primera, pronto el Dépor le dio el alto y se lo cuestionó. Un misil de Aketxe obligó a aplicarse con una estirada a Joel. Si esperaba una noche plácida, estaba 'disfrutando' de todo lo contrario. En parte por el cansancio, en parte por la voluntad bética, el encuentro empezó a romperse. Con espacios debía aflorar esa calidad de los verdiblancos, pero el Dépor resistió, supo ser competitivo. Y golpear.

Álex estaba solo, combinó con el hiperactivo Koné. Optó por perfilarse con balón para darse la vuelta y cuando quiso darse cuenta había asistido a un Eneko Bóveda, que fue más que certero en el área y con la pierna zurda. 1-0, minuto 63. El Dépor obtenía el premio, lo merecía, justo antes de que el envite se descosiese por las prisas del Betis, por los cambios y por el espacio que se iba a encontrar el grupo coruñés a la contra. No era, ni muchos menos, mal momento.

La segunda unidad, ayudada por la seguridad que daba el reciente tanto, salió sin arrugarse. Mucho menos lo iba a hacer el vertical Davod Sánchez. Pudo hacer el 2-0 y redondear su pretemporada; no la culminó. A pesar de que el encuentro se desgajó, el Dépor supo controlarlo a su manera. Pudo cerrarlo en varias ocasiones, Dani Giménez también debió emplearse a fondo. Contra pronóstico y con merecimiento, el Dépor salió vivo del intercambio ante un Betis amenazante, pero desdibujado. El Dépor gana el Teresa Herrera y amenaza con ir en serio.