Nada que ver el partido de anoche con los anteriores encuentros de preparación del Deportivo. Ya no era un amistoso, sino todo un Teresa Herrera y la presentación del equipo coruñés ante su público. Sobraban los motivos para subir al máximo el nivel competitivo y ofrecer una imagen más convincente a una semana vista del estreno liguero frente al Oviedo. Y eso fue lo que hizo el Dépor, ponerse serio en Riazor para tumbar al Betis y demostrar que esta temporada también puede pelear por el ascenso, con o sin Cartabia, que ayer calentó pero no llegó a entrar en el campo.

Pese a enfrentarse a un rival de superior categoría, el equipo blanquiazul quiso ser protagonista desde el arranque y apretó muy arriba al Betis, quitándole la pelota y obligando a los andaluces a meterse atrás para contener el arreón inicial del conjunto de Juan Antonio Anquela. Puro nervio el técnico jienense desde el banquillo, igual que su equipo sobre el césped en unos primeros veinte minutos más que notables en su presentación.

Buenos movimientos en ataque, sobre todo de KonéKoné. Cada vez que entró en juego dio la sensación de que podía pasar algo. Mucho desequilibrio tiene el africano, especialmente en carrera. Varias veces corrió al espacio para aprovechar los balones filtrados por Aketxe. Junto a ellos dos, Lampropoulos, Gaku y el retornado Galán completaron el quinteto de novedades en el once inicial con respecto a la pasada campaña.

Koné, a los diez minutos, acarició el gol con un potente disparo que rechazó Joel Robles. También Valle tuvo un par de remates fruto del dominio coruñés. Poco a poco los andaluces fueron creciendo con la pelota y afloraron sus individualidades. Fekir y Canales entraron más en juego, aunque fueron Pedraza y Emerson los que más cerca estuvieron de marcar. El Dépor acusó algo el cansancio pero siguió mordiendo por cada balón dividido, como exige Anquela. Robar y correr es su plan, aunque no el único. También intentó tocar desde atrás el equipo coruñés, con Gaku en permanente movimiento para ofrecer soluciones a sus compañeros. El japonés trató bien la pelota, pero apareció casi siempre en campo propio, demasiado lejos de la portería contraria.

El ímpetu del Deportivo se reanudó tras el inicio de la segunda parte y nada más volver de la caseta Aketxe culminó una contra con uno de sus disparos teledirigidos desde lejos. Otra gran intervención de Joel Robles evitó el gol del vasco, que derrochó confianza plena en todos los golpeos, igual que Caballo con su zurdazo a la cruceta. El Deportivo merecía el gol y lo logró en el 64, con la asistencia de Koné y el remate de Bóveda. Tras el carrusel de cambios, los fabrilistas quisieron sumarse a la fiesta con David Sánchez a la cabeza para plantarse solo ante la portería del conjunto bético. Casi marca el segundo ante un Betis obligado a proponer algo más en la recta final. Tello tuvo la más clara para empatar, pero se estrelló contra el muro de Dani Giménez.