Nuevo año, nuevo nombre. Arranca la Segunda División bajo la denominación de la Liga SmartBank. Ilusiones renovadas y ganas de quitarse el mal trago del año pasado. Así estarán el Deportivo, Málaga y Albacete, que cayeron en el play off. Mientras que Girona, Huesca y Rayo querrán volver lo antes posible a LaLiga Santander. Los nuevos inquilinos de la segunda categoría nacional serán el histórico Racing de Santander, Fuenlabrada, Mirandés y Ponferradina. Pero para ello, tendrán que disputar los 42 partidos que le acerquen a la gloria de la Primera o al sufrimiento por mantenerse en la siempre exigente división de plata.

Los equipos que en la pasada temporada bajaron de categoría: Girona, Huesca y Rayo Vallecano desearán no haber descendido. Una vez se toca la Segunda es difícil salir de ella. Grandes entidades como el Deportivo en la 2012-13 y la 2014-15, el Betis en la 2014-15 y el Levante en la 2016-17 consiguieron ascender de manera directa tras haber descendido. Eso sí, las probabilidades de subir aumentan si se mantiene la regularidad que tan indispensable es en el segundo escalón del fútbol español.

Los tres conjuntos que descendieron en la temporada 2017-18 siguen en la categoría de plata, por lo que sus aspiraciones pasan por volver a encauzar el rumbo con el objetivo de llegar como mínimo al play off de ascenso. Ha sido un verano largo, en donde el Málaga y la UD Las Palmas no han hecho los deberes, en lo que a la operación salida se refiere, con una masa salarial por ajustar. Por su parte, el Deportivo busca desquitarse de la pesadilla del 23 de junio cuando el Mallorca le remontó, dejando un marcador global de 3-2 y sin Primera para los coruñeses. Con un técnico experto y curtido en mil batallas como Juan Antonio Anquela al manejo del timón, buscan pelear por volver a la liga de las estrellas. Fichajes ilusionantes como el de Gaku Shibasaki, junto con el especialista en los tiros libres Ager Aketxe, se convierten en dos de las esperanzas de la afición deportivista.

El Sporting de Gijón, Real Zaragoza y Cádiz tienen ante sí la enorme presión de satisfacer a una siempre exigente masa social. Los rojiblancos se cayeron de los puestos de play off tras una temporada irregular. Mientras que los maños tras el fichaje estelar de Kagawa, procedente del Borussia Dortmund, han devuelto la esperanza a los seguidores que sueñan con luchar por estar el próximo año peleando entre los mejores equipos. Por su parte, el equipo gaditano con Jurado y Cala como bastiones del nuevo proyecto, buscan impregnar esa experiencia y ambición al plantel.

Misión: salvar la categoría

El Racing de Santander, Mirandés, Ponferradina y Fuenlabrada llegan procedentes de la Segunda División B. Los racinguistas llegan a la categoría de plata con la mira puesta en la salvación. Eso sí, un equipo de la magnitud de los santanderinos aspiran a más que poder llegar a las últimas jornadas con tranquilidad. No es para menos, cuenta con jugadores de la talla de Barral, Jordi Figueras y Cejudo. Así que si los resultados se lo permiten, querrán dar la sorpresa.

El Mallorca marca su camino. El objetivo de los otros tres equipos que llegan de la categoría de bronce, no es otro que la salvación, en especial la del conjunto madrileño. La del Fuenlabrada será su primera participación en Segunda División, al contrario que el equipo de Miranda de Ebro que en la última década ha estado seis cursos en el segundo escalón del fútbol nacional, los mismos que la Ponfe.

También otros equipos como el Albacete, Oviedo y Almería, que lo hicieron bien la temporada pasada, batallarán por entrar en esos puestos de promoción. Mientras que Tenerife, Elche, Extremadura, Alcorcón, Numancia y Lugo pelearán por permanecer otro año más en Segunda, después de coquetear con los puestos de descenso. Y es que este año, la situación en la Liga SmartBank se presenta más pareja que nunca, sobre todo en la parte alta de la clasificación, en el cielo de los elegidos que buscan el ascenso a la elite. Mientras que ningún conjunto querrá competir por salir de la indeseable zona del infierno rojo del descenso. Arranca una competición donde premia la regularidad, un torneo larg, intenso y duro. Por eso, a la espera de que se den algunas sorpresas que suele deparar esta división de plata, tan solo hay que desear que el balón comience a rodar en Riazor.