Gaku brilló en la primera jornada, pero le costó mucho más en un escenario de máxima exigencia. La presión alta del Huesca y la falta de socios para tocar fueron los peores enemigos para un nipón muy desdibujado. Falló hasta pases fáciles en posiciones sensibles, uno de ellos fue el despeje que acabó originando el 1-0. Había ganado ventaja y levantado la cabeza, pero su balón en largo pegó en Luis Ruiz y el rebote habilitó a los atacantes oscenses. Eugeni no falló y a partir de ahí el Dépor empezó a desmoronarse.