De tres en tres, pero no puntos, sino goles en contra. El Dépor fue un auténtico coladero en Vallecas, parecido al de Huesca. Blando, sin tensión, despistado... Así alfombró el triunfo de otro teórico rival directo, en este caso un Rayo que no necesitó gran cosa para amarrar los tres puntos. Le bastó con saber aprovechar la alarmante fragilidad defensiva de su rival, empequeñecido en una primera parte para olvidar pese al tempranero gol de Aketxe a balón parado. Un espejismo. Los de Paco Jémez respondieron pronto, con dos tantos antes del descanso ante un Dépor a verlas venir. Mejoró tras la reanudación pero no solo le faltó contundencia en su propia área. También en la otra. Al final, acabó encajando el tercero para certificar la segunda derrota consecutiva. Ocho goles en contra en tres jornadas. Para temblar.

La tarde empezó torcida con la lesión de Longo en el calentamiento. Anquela apostó por Galán y dejó a Christian en el banquillo. En total, cuatro cambios con respecto al once del desastre en El Alcoraz. Además del madrileño, entraron David Simón, Caballo y Mujaid para recomponer una defensa muy justa por las bajas de Somma y Nolaskoain.

A los seis minutos Aketxe adelantó al Dépor con un lanzamiento de falta que sorprendió a Alberto con un bote envenenado. Partido de cara para los coruñeses, que poco a poco fueron retrasando la presión adelantada con la que lograron incomodar al Rayo en el arranque. Los vallecanos crearon mucho peligro a balón parado, sobre todo desde el banderín. Cada saque de esquina era una tortura para el Deportivo, con muchísimos problemas para defender esos balones colgados al área. Álvaro casi marca de volea tras un córner ante la pasividad de los futbolistas blanquiazules, que solo se estiraron en ataque con algún escarceo aislado de Galán y Koné. El exfabrilista recibió de Valle para meterse directo en el área, pero prefirió controlar y driblar para acabar desperdiciando una contra muy clara. Fue la antesala del empate, que llegó tras una doble gran intervención de Dani. De nuevo un córner, y de nuevo un remate sin oposición, en este caso de Mario Suárez para firmar el 1-1.

Un despropósito defensivo que se prolongó un cuarto de hora después en la acción del 2-1. Ni Caballo ni Borja Valle acertaron a despejar el centro de Embarba. Más listo estuvo Álvaro para bajar el balón y fusilar ante la oposición de Mujaid. El Dépor, un flan atrás, echaba mucho de menos a Gaku en la creación. Ni rastro del japonés, que no contagió a sus compañeros el fútbol que se le presupone, sino su ritmo cansino. Nadie quiso la pelota en campo contrario y solo Aketxe, con sus golpeos a balón parado, permitió al equipo coruñés llegar al área rival. Mujaid, de chilena tras un córner, fue el que más cerca estuvo de marcar.

Tras el descanso el Dépor tuvo mucho más la pelota y ganó profundidad, pero le faltó puntería para empatar. Aketxe y Koné desperdiciaron las ocasiones más claras. Christian entró al rescate, pero esta vez se quedó sin marcar. Pozo, en el 91, redondeó la victoria local con el 3-1 definitivo al aprovechar un rechace en otra acción en la que al Dépor le volvió a faltar contundencia. En realidad, ahora mismo le falta de todo: solidez, intensidad, equilibrio... y jugadores. Unos cuantos. Hoy deben llegar.