Tere Abelleira ha sido uno de los referentes del Deportivo Abanca desde su creación. Internacional, llegó siendo una niña para asaltar la élite desde A Coruña y ahora paladea ese estreno tan esperado ante el Espanyol.

¿Ya bajaron de la nube a la que se subieron el domingo?

Estamos todas muy contentas, pero sabemos que esto no dura mucho y que el fin de semana hay otro partido. Ya nos bajamos de esa nube y estamos pensando en subirnos a otra. Ojalá.

¿Les dio confianza tras el susto ante el Tenerife Granadilla?

El duelo del Teresa Herrera nos dio un golpe de realidad. El partido ante el Espanyol fue clave para quitarnos nervios, ya sabemos lo que es la Primera Iberdrola.

¿Le da más sabor a la primera victoria lograrla casi con el mismo vestuario que ascendió?

Me hace ilusión compartirlo con ellas. Somos las que subimos y me gusta que hayamos debutado en Primera Iberdrola casi todas.

Vino a A Coruña para jugar en la élite y lo logró. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Desde que llegué el proyecto era para ascender y vivimos mucho haberlo logrado. Nos gustó comprobar cuál es nuestro nivel en esta liga. En el primer partido nos fue bien, todas confiamos mucho en quien teníamos al lado. Fuimos valientes.

¿Esa fue la clave?

Teníamos claro que si éramos capaces de tener el balón no lo íbamos a pasar tan mal. El equipo no se arrugó en ningún momento.

¿Compensa haberse venido a A Coruña siendo una niña?

Cuesta dejar a tu familia y a tus amigas con 16 años, pero vives lo que vives el otro día y te das cuenta de que valió la pena.

¿Es el Espanyol un equipo de su liga o mira hacia arriba?

Su objetivo es quedar entre los ocho primeros y eso demuestra que si salimos como el otro día e intentamos hacer nuestro fútbol, igual no lo pasamos tan mal como todo el mundo espera.

¿Le sorprendió Abegondo?

Esperábamos quizás que estuviese lleno, pero no cómo lo vivió la gente. Fue una pasada, nos sorprendió lo metidos que estaban. Esos ánimos nos empujaron.

Algunas de sus acciones fueron las más jaleadas por la grada. ¿Lo sintió en el campo?

Claro que me gustaron sus aplausos y es verdad que en la primera parte estuve bastante acertada cuando tocaba el balón, pero lo importante es que el equipo ganó. Ojalá pueda seguir a ese nivel, pero si el Dépor hubiese ganado igual, no me habría importado haber hecho un mal partido.

El Dépor Abanca es el único equipo gallego junto a El Olivo que ha jugado en Primera. ¿Da tiempo a darse cuenta de que siguen haciendo historia?

Desde que llegué este club ha sido ejemplar en todo. Sabemos que es histórico lo conseguido y ojalá podamos seguir así y estar unos años en esta categoría.

¿Qué les dijo su técnico Manu Sánchez tras el partido?

Que lo disfrutásemos en los días de descanso que tuvimos y que luego había que pensar ya en el partido ante el Betis.

Una de sus obsesiones es que sean conscientes de la dureza de esta Primera Iberdrola, ¿no?

Cierto. Los golpes nos los dará la liga misma. Si bajamos la marcha, la competición nos avisará.

Ahora toca empezar a visitar escenarios históricos. ¿Alguno en el que le haga ilusión jugar?

Sí, en el campo del Barcelona y en Lezama.

Antes de que llegasen al Dépor ya había compartido vestuario en la selección con María Méndez y con Athenea. ¿Le gusta esa política de apostar por jóvenes valores del norte?

Ya entonces me parecían buenas compañeras y jugadoras y me hace ilusión que estén aquí para ayudarnos. Seguro que lo harán muy bien. Athenea es como un terremoto. Cuando entre al campo, todo el mundo lo va a notar, ya se vio ante el Espanyol.

¿Se sienten las niñas bonitas de la afición al estar el equipo masculino en un mal momento?

Sabemos que el nivel es distinto y que ellos siempre van a estar en el punto de mira, pero es importante que la gente se mantenga ahí con ellos; hay que apoyarlos. Queremos tener el mismo reconocimiento, pero que nos animen a los dos, que no por animarnos a nosotras que los dejen de lado.

¿Cómo han logrado conectar con la grada?

Eso se gana en el campo. Aunque el resultado no acompañe, la afición va reconocer que des todo por el escudo que ellos también defienden; así conseguimos que se enganchasen. El domingo la gente que fue, seguro que vuelve cuando haya otro partido en casa.

En plena vorágine, ¿da tiempo a disfrutar en el césped?

Cuando llegamos al vestuario en el descanso dijimos 'madre mía, ¿qué pasó?' Con el 3-1, más relajada, sí que lo piensas y al día siguiente, más. Fue una tarde muy bonita que ninguna olvidaremos, pero hay que seguir trabajando.